En decoración de interiores las puertas correderas aportan distinción y espacio. No siempre se colocan por falta de este sino porque en su lugar una puerta abatible quedaría demasiado visible o en una zona de paso. Vamos a repasar el uso de puertas correderas según las estancias de una casa, para conocer tipos, diseños y características concretas en cada caso. Así podrás aplicar las claves a tu hogar.
El estilo de las puertas correderas
Antes de repasar cada tipo de puerta corredera estancia por estancia de una casa, debes saber que el estilo de la puerta corredera puede ser totalmente diferente al del resto de las puertas que conforman la carpintería interior. Una puerta corredera destaca y llama la atención y puede adecuarse en estilo al resto de elementos de paso o diferenciarse. Pueden tener en ancho estándar (72-82 cm) o jugar con medidas que se salen de lo habitual para llegar a crear paneles correderos. Una puerta corredera puede ser sencilla o doble, aunque en este caso ocupará cada hoja a cada lado del vano de acceso. Y debes tenerlo en cuenta a la hora de configurar la distribución de la habitación. en este proyecto del estudio Egue y Seta, la puerta de acceso al salón-comedor es un panel corredero visto que se desliza sobre la pared de la izquierda y se diseña con una parte inferior ciega y cristalera superior con barrotillo, a juego con el cerramiento que independiza la cocina.
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