Cuidados de la hiedra en exterior
Aunque la hiedra es una planta que se adapta a cualquier circunstancia, hay varios cuidados que puedes concederle para que crezca más frondosa.
Sustrato: la hiedra prefiere un suelo alcalino y con un bien drenaje. Para conseguirlo, mezcla sustrato universal con ⅓ de arena, con lo que favorecerás que el agua no se acumula en la tierra.
Temperatura: la hiedra prospera muy bien en climas templados, en los que las temperaturas pueden oscilar entre -4 °C y 40 °C, aunque no tolera bien las heladas.
Ubicación: en el exterior, la hiedra prefiere zonas de semisombra, ya que en zonas con sol directo podría no desarrollarse tan bien.
Riego: en verano necesita riegos frecuentes, unas 3 veces por semana, aunque si el ambiente es muy seco, agradecerá que los aumentes. Durante el resto del año, riégala un par de veces a la semana. Y recuerda humedecer bien todo el sustrato para que se hidrate bien.
Abono: se realiza durante los meses de primavera y verano. Emplea abonos naturales, como guano o mantillo, o fertilizantes para plantas verdes, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.
Poda: pódala a finales de verano para mantener su crecimiento controlado. Corta los tallos más largos.
Leer: Así debes cuidar la Buganvilla para llenar de color tu terraza o jardín