La terraza o el jardín
En el caso de que la vivienda cuente con áreas exteriores, sabrás por experiencia que la terraza o la zona de porche en el jardín, también habrán acumulado polvo y posiblemente hojas de árboles o plantas, además de tierra o arena que ha traído el viento. Así que limpia el mobiliario y las barandillas (en caso de tenerlas) y después ocúpate del pavimento. Primero de todo habrá que barrer bien el suelo, retirando bien la suciedad acumulada y, luego, habrá que fregar con agua y un limpiador adecuado para el material del pavimento.
Esto no es necesario que lo hagas el primer día, pero si han crecido malas hierbas en el área de césped, elimínalas con un herbicida ecológico. Y si además cuentas con césped, lo más seguro es que toque cortarlo para dejarlo a una altura de entre 5 y 7 centímetros (segar más puede resultar perjudicial y debilitarlo).
Por otra parte, si cuentas con una pérgola de madera para ofrecer una buena sombra, conviene que le des una capa de aceite cada año, para hidratarla y mantenerla como el primer día. En el caso de un toldo, límpialo con una solución jabonosa y deja secar antes de recogerlo.
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