Calma, serenidad, relax, paz… Estas son las emociones que transmite un jardín zen a aquellos que lo contemplan. Un conjunto de sensaciones plácidas y relajantes que se convierten en un bálsamo eficaz para combatir el estrés de la vida cotidiana.
Puede que sea por esta razón por lo que los jardines de estilo zen están en alza. Descubre todas las claves para diseñar el tuyo y dar en la diana.
¿Qué es un jardín zen?
Su nombre nos trae recuerdos orientales de ambientes serenos y en calma. Se trata de un tipo de jardines de estilo japonés (o Karesansui) que se definen por su sencillez, sus elementos decorativos y por reunir una cantidad moderada de plantas.
Los jardines de estilo zen huyen del exceso en cualquiera de sus versiones. Su objetivo es recrear, en cierto modo, el paisaje japonés o, al menos, su esencia: valles, montañas rocosas, ríos y lagos.
Una de las características que definen a los jardines zen son las extensiones de arena, las rocas colocadas de forma armoniosa y la grava.
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