La cocina juega cada vez más un papel relevante en el desarrollo de la vida familiar, sumando a sus habituales funciones, las de zona de despacho, aula virtual, 'laboratorio' de postres y dulces, comedor informal o formal… Por eso, no solo debe estar bien equipada sino poseer ese toque especial, capaz de convertirla en tu estancia preferida de la casa. Estas 12 ideas de decoración te dicen cómo.

1. Espacio libre

Y no necesariamente hablamos de metros cuadrados. Incluso cuando las cocinas con isla central, campana extractora decorativa y encimera que se convierte en barra son las más deseadas, en una cocina para vivir, el elemento más importante sigue siendo ¡el espacio! Lugares donde puedes moverte cómodamente, los objetos y accesorios no distraen tu atención y el orden es una de las máximas. Las cocinas abiertas, decoradas solo con lo básico, son un deseo hecho realidad, como esta de Next125. Distribuida en línea, cuenta con espacio libre tanto en horizontal, en el suelo, como en vertical, en las paredes, lo que desahoga la estancia, relaja y permite la vida en familia. Los muebles grises y la luz también ayudan.

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2. Algo de vegetación

En una cocina para disfrutar, la vegetación siempre encuentra su lugar, no solo para poner un poco de color o vitalidad, como en esta cocina de Ikea, sino también para refrescar la estancia o mejorar la calidad del aire. Plantas verdes decorativas, ramos de flores, especies tropicales que agradezcan la humedad de la estancia o hierbas aromáticas: ¡tú eliges! Además, la vegetación exuberante te ayudará a ponerla en modo verano. Otra buena idea son los huertos verticales, que puedes montar en la ventana o encimera, con tomates, pimientos o judías, que te proporcionarán, al mismo tiempo, una fuente de autoconsumo y una alimentación saludable.

3. Una mesa de comedor

Aunque sabemos que, en las cocinas para vivir, las islas centrales están muy de moda, esto no significa que tengamos que trazar una línea definitiva en la mesa de comedor tradicional, ya que es el máximo exponente de vida en familia y hay soluciones que se adaptan al espacio disponible. Si los metros no son un problema, como en esta propuesta de Kvik, puedes montar el comedor en una de sus esquinas, preferiblemente junto a una ventana, mientras que en cocinas pequeñas, puedes recurrir a una abatible, una mesa pegada a la pared con un banco, una alta…

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4. Luz natural

¿Qué podría ser mejor que desayunar o comer con tu familia en una cocina luminosa? La luz es una auténtica inyección de energía positiva, que mejora nuestro estado de ánimo. Por eso, para sentirnos cómodos y querer pasar tiempo entre fogones, debemos potenciar la entrada de luz natural dejando libre de obstáculos las ventanas y otras ‘entradas’ como las puertas al balcón o al jardín; apostando por las cocinas abiertas que favorecen la circulación de la luz de una estancia a otra; o buscando siempre la ayuda del blanco y los colores claros, tanto en el mobiliario como en paredes y suelos. Esta propuesta de Ballingslöv cuenta con dos grandes ventanales en sus dos paredes, situados estratégicamente una junto al comedor y otra en la zona de trabajo.

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5. Personalidad propia

O lo que es lo mismo una verdadera identidad decorativa. Parece lógico, pero una cocina para vivir es una cocina que tiene alma, en la que sientes que está pasando algo. Así que para darle un toque auténtico a tu cocina, no dudes en invertir en su decoración, y en otorgarle una identidad real, que encaje, a la vez, con tu estilo y gustos. Puede ser nórdica, rústica, industrial o con un encantador aire campestre, como el de esta propuesta de La Redoute Interieurs, con una pequeña isla central abierta, botes decorativos en sus estantes, plantas o detalles como la lama de madera con ganchos para las tazas del desayuno.

6. Una isla central

Hay pocos muebles de cocina que den tanto juego como las islas de cocina, ya que son a la vez encimeras, mesas de comedor y barras auxiliares. Sin olvidar que favorecen la comunicación tanto entre las distintas zonas de la estancia como entre las personas (adiós a la cocinar solo, mientras los demás están en el comedor), crean una circulación fluida y permiten delimitar los ambientes, sin restar metros útiles. Esta isla de la diseñadora Charlotte Raynaud Hegenbart lo tiene todo. Realizada en la piedra acrílica Hi-Macs, lo que permite una atractiva forma curva, sus laterales de espejo proporcionan la ilusión óptica de que flota en el aire, aligerando el conjunto y multiplicando el espacio.

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7. Materiales naturales

En ocasiones, solo es necesario elegir los materiales adecuados, para crear una cocina cálida y hogareña, que invite a la vida en familia. Y eso es lo que ocurre con esta cocina de Leicht, donde tanto el tamaño como la madera veteada de nogal, la cerámica iridiscente y la luz reflejada por el gris carbón crean una combinación que despierta emociones y nos arropa para que nos sintamos a gusto. Y todo lo hace con estilo y sin perder la agradable sensación del lujo moderno.

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8. Una encimera XXL

Para preparar buenas comidas en familia o aperitivos con amigos nada como una encimera XXL que permita a todos involucrarse en la tarea, sintiéndose parte de la misma. Además, su tamaño extralargo permite que unos cocinen cómodamente, mientras otros están instalados en la otra punta en un taburete alto. Como no podía ser de otro modo, debe estar realizada en un material que resista el rayado, las manchas, la humedad y el calor, como este diseño de Dekton by Cosentino, que se repite también en la isla. 

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9. Una barra de desayunos

Para un aperitivo improvisado, los desayunos de diario inesperada o un ‘brunch’ de domingo para dos, las barras de desayunos tienen todas las ventajas de una isla, pero no necesitan una gran cocina para lucir, ya que son aliadas de los pocos metros (bastan 40 cm). Puedes instalarla adosada a cualquier mueble o pared o como aquí ser el perfecto pasaplatos. Recuerda que la altura de la barra debe estar entre 90-110 cm del suelo, para que pueda combinarse con taburetes de 63-74 cm de altura.

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10. Un tabique corredero

Para una cocina agradable, pero no completamente abierta al salón, apuesta por una corredera de cristal o de lamas de madera, como la de esta propuesta de SieMatic (en Iconno). Una manera de favorecer la comunicación, ampliar los metros y permitir el paso de la luz, que mantiene, sin embargo, la personalidad de la cocina y la intimidad en ciertos momentos. Además de evitar que los olores, los humos y los ruidos se cuelen al resto de la casa.

11. Una pared de pizarra

¿Quieres hacer de tu cocina una estancia acogedora, cálida y divertida? Vuelve a pintar una de sus paredes con pintura de pizarra, se puede aplicar en todo tipo de superficies, y customízala a tu manera, como en este proyecto de Knowhaus. Puedes escribir la lista de la compra a tamaño real, recetas para no olvidar, mensajes de cumpleaños o mantras para empezar el día de la mejor manera posible. Como nada es para siempre, cuando te canses, borra y empieza de nuevo. 

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12. Papel pintado

No solo está de moda, sino que además nos permite personalizar y engalanar cualquier cocina, por pequeña y aburrida que sea. Para que dure y responda a las condiciones de esta estancia (humedad, grasa, manchas…), es preciso que elijas un papel pintado vinílico, que proteja la pared sin perder encanto decorativo. Las flores, especialmente ahora que llega el verano, son uno de los motivos con más tirón, junto con los estampados tropicales y étnicos. Para no saturar el ambiente, úsalo solo en una pared, como en este ambiente de Alvhem.

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