En zonas de paso y vestidores
Acabamos de ver una gran luna de espejo usada en un recibidor frente a la puerta de entrada. Este efecto logra dar profundidad al abrir la puerta. Colocar espejos en una zona de paso, distribuidores y recibidores, es una buena idea porque suelen ser espacios estrechos y con los espejos se decora con un elemento ligero visualmente y se logra jugar con la profundidad; como ha hecho aquí Pia Capdevila Interiorismo. La arquitecta e interiorista María José Navarro explica que "acertar en el modo en que se coloca un espejo es muy importante para provocar sensaciones de equilibrio y armonía en nuestra vivienda. Los efectos ópticos que consigues en un hogar con los espejos no se consiguen con ningún otro elemento. Hay que encontrar el lugar y dimensiones perfectas para cada espejo, con la iluminación precisa y acompañados por tonalidades de pintura que sean favorables".
"Los espejos tiene una función esencial cuando nos encontramos en espacios pequeños, ya que nos ayudan a duplicar el espacio y la luz, realzan la profundidad y conseguimos una amplitud ficticia en esas zonas reducidas. En una zona de armarios o vestidor de dimensiones reducidas, utiliza el recurso de forrar las puertas de espejo y verás como el espacio se transforma consiguiendo una mayor profundidad y luminosidad", aporta como truco la arquitecta e interiorista María José Navarro, y añade que "colocar un espejo de suelo a techo proporciona una sensación de continuidad y una ilusión óptica, que permite que el espacio fluya".
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