Incluso cuando sabemos que no hay alfombras voladoras o mágicas, su poder sigue cautivándonos no solo en invierno, su temporada natural, sino también en verano, donde se convierten en el elemento capaz de crear atmósfera con su sola presencia. Tras un corto parón ‘deco’ y su (mala) imagen de demasiado clásicas y poco saludables, hoy echan por tierra todos los clichés, demostrando que son siempre un símbolo de confort, capaces de lucir elegantes y ‘chic’ o extravagantes y ‘boho’, según sus acompañantes.
En libertad
Ahora, no contentas con vivir solo en nuestros interiores, aterrizan en nuestras terrazas y balcones, bajo nuestras pérgolas, en el porche o alrededor de la piscina, transformando nuestros rincones exteriores favoritos. Así, la colección Wonderlust de The Rug Company (en Alfombras BSB) convierte tu jardín en una isla paradisiaca, gracias a sus hojas de palmera y a sus tonos esmeraldas y turquesas.
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