El coleccionismo es mucho más que el afán por atesorar cosas y objetos materiales. Al margen del valor que puedan tener, hay un componente emocional que incita a perseguir la pieza que nos falta, el elemento ansiado.

Sea como sea, exponer en casa diferentes colecciones de objetos puede ser una gran idea, con muchas posibilidades decorativas.

Pasión por coleccionar

El coleccionismo, según la RAE, es la actividad que consiste en reunir un conjunto ordenado de cosas, por lo común de la misma clase, por su especial interés o valor.

Si eres un apasionado de esta actividad, no solo has de pensar en la emocionante tarea de buscar el objeto deseado, sino también de qué forma y dónde vas a guardar tu creciente colección. Esto, si tu casa es pequeña, puede convertirse en todo un reto.

De no resolver el problema con éxito puede ocurrir que tus preciados objetos queden relegados al olvido en un caja en el trastero.

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Rincones llenos de magia

Se llamaban cuartos de maravillas o gabinetes de curiosidades y tuvieron su momento álgido en los siglos XVII y XVIII en las casas nobles europeas. En esas habitaciones fantásticas se guardaban todo tipo de objetos exóticos, nunca vistos, procedentes de remotos lugares.

¿A qué coleccionista no le gustaría contar con una estancia en casa para convertirla en su propio gabinete de curiosidades? La realidad es que las casas modernas no siempre nos brindan esa oportunidad.

Sea como sea, hoy disponemos de recursos para exponer nuestras colecciones de una forma decorativa y ordenada: vitrinas, aparadores, muebles esquineros, repisas, baldas, colgadores… La clave está en encontrar la solución idónea entre las opciones posibles.

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Soluciones que funcionan

Uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de organizar nuestra colección para exponerla es encontrar el espacio adecuado, en función del número de objetos.

El tamaño de la colección determina el lugar y la forma en la que has de exponerla. Ten en cuenta que tus objetos han de estar lo más protegidos posible, a salvo de accidentes. Puedes utilizar campanas de cristal para preservar tus piezas destacadas, como en la imagen en la que se ven objetos de la firma Bloomingville.

Por otro lado, no solo debes pensar en el tamaño que tiene tu colección ahora, sino en el que tendrá en un futuro cercano. Hay algunas que tienen un final y otras que nunca se acaban de completar.

Aunque siempre tienes la opción de buscar nuevas soluciones, no está de más reflexionar para encontrar el espacio de almacenaje más adecuado.

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Piezas bien elegidas

Hay colecciones que son un deleite para la vista. Sus componentes poseen una belleza especial que los convierten en objetos dignos de exposición.

En otras ocasiones, más que la belleza de las piezas, destaca la armonía del conjunto. La coherencia que muestra la selección de los objetos expuestos, que comparten su propia esencia.

Aprovecha esta característica para dotar a tus espacios de personalidad a través de tus colecciones, como la que aparece en la imagen, compuesta por curiosos caballos de porcelana.

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La belleza de la cerámica

Las piezas de cerámica pueden ser una buena categoría de elementos para comenzar una colección. La variedad de estilos es tan amplia que conviene establecer unos criterios a la hora de reunir los objetos.

Puedes crear un conjunto muy decorativo reuniendo diversas piezas de cerámica del mismo tipo y color, como las que aparecen en la imagen, de Ikea. El azul es el nexo de unión entre todas ellas y lo que aporta armonía y equilibrio.

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En busca de la ubicación perfecta

Una cosa a tener en cuenta es que para encontrar el lugar perfecto dentro de casa en el que colocar tus colecciones es necesario probar. Puede que no aciertes a la primera, por lo que no pasa nada si cambias los objetos de sitio al darte cuenta de que la idea que te parecía buena, en realidad no funciona.

Por otro lado, las decisiones varían con el tiempo. Lo que ahora crees bonito, quizás mañana ya no te inspire nada y tengas que trasladar las cosas a otro lugar. Experimenta para encontrar el espacio ideal para tu colección de objetos, donde decoran y están, además, ordenados y protegidos.

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La presentación sí que importa

No solo es importante lo que exponemos, sino también la forma en la que lo presentamos. Los objetos de nuestra colección ganan en belleza y capacidad decorativa al estar en conjunto. Si uno solo no nos dice nada, un buen grupo de ellos debidamente presentados puede resultar un espectáculo para la vista.

Utiliza las soluciones adecuadas a cada tipo de colección que, además, se adapten a tus espacios: cajas, muebles, etc. Y si tu casa es pequeña y no cuentas con mucho sitio disponible, aprovecha las paredes con alternativas de almacenaje vertical: estanterías, baldas voladas, soportes de pared, colgadores, etc.

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Orden con criterio

Ya tienes tu colección preparada para decorar tu casa con ella, has pensado en la forma de colocarla y tienes la solución de almacenaje que necesitas. El siguiente paso es cómo ordenar las distintas piezas dentro de la colección.

Lo mejor es hacerlo empleando un criterio lógico y no de manera aleatoria: ordénalos por el tamaño, el color o la forma. Es otra idea para dar coherencia al conjunto y evitar la sensación de desorden visual.

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Cosas de niños

Si la pasión coleccionista te embarga, ¿por qué no inoculársela a los peques de la casa? Puede que al principio tengas que coleccionar tú por ellos, pero reunir una pequeña cantidad de cosas de la misma categoría es una forma especial de decorar su cuarto.

Bolas de nieve de los lugares que visitáis juntos (volveremos a viajar…), pequeños animales de plástico o figuras de juguete. Coleccionar es, sin duda, una estupenda manera de espolear la imaginación de los niños. Solo necesitas algunas estrategias para mantener el orden.

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