Tras casi un año y medio instalada en un fabuloso piso de Nueva York, Bella Hadid ha decidido mudarse, según informa el portal Dirt. La vivienda, que adquirió en noviembre de 2019 y que ahora pone en venta por más de 5 millones de euros (6.5 millones de dólares), está situada en SoHo, una de las zonas más exclusivas de la ciudad, en el barrio de Manhattan. Aunque actualmente es un reclamo por su ambiente bohemio, lo cierto es que, en sus orígenes, se trataba de una zona industrial. De ahí que la mayoría de los edificios que la componen se remonten al siglo XIX, como es el caso de la propiedad de la top model. 

Su fabuloso dúplex neoyorquino pertenece al distrito histórico del SoHo. Una esencia que se ha querido mantener a la hora de decorar su interior, donde ese aire obrero se entremezcla con numerosos elementos modernos. ¿Te animas a descubrirla?

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Actualizando el estilo industrial

Como se comentaba anteriormente, el apartamento de Bella Hadid fue construido en el siglo XIX, en una época en la que el SoHo era un barrio industrial. De ahí que éste sea el estilo original del piso. Muestra de ello dan sus pilares y vigas de metal, en color oscuro, que rodean los espacios interiores, o su techo de ladrillo visto, que, con su característico color anaranjado, añade textura a las estancias.

Esta decoración se ve renovada gracias a otros detalles extremadamente decorativos y sofisticados, y a la incorporación de otros materiales como la madera del suelo, que aporta calidez al ambiente, y 'rebaja' la frialdad que aportan algunos elementos de carácter industrial.

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Espacios diáfanos

Otra de las características del dúplex de Bella Hadid es la apertura de los espacios. Las estancias principales (la cocina, el comedor y el salón) se abren directamente unas a otras. Sin paredes que las separen, lo que la modelo logra con ello es ganar metros y sensación de amplitud en el apartamento.

Las tonalidades neutras dominan, en general, la escena, aunque la modelo también ha incorporado notas de color. Basta con mirar este mueble, de madera, al que ha incorporado dos modernas lámparas con una original base circular, en color amarillo, a juego con las plantas que las acompañan.

Un salón de revista

El salón del piso rezuma elegancia y modernidad. La pieza principal de esta estancia es un sofá alargado, en color arena, a cuyos lados la modelo ha colocado unas mesitas auxiliares y una lámpara, de pie, de color negro. Delante, se encuentran dos pequeñas butacas, de color gris, y una mesa, baja y oscura, con forma circular.

Tras ello, se abre un mueble, de un gris más intenso que el de las butacas, con diversas baldas para colocar libros y otros artículos. En el centro, de hecho, se ha instalado una televisión.

Aunque los tonos neutros son los protagonistas, a través de las plantas y otros objetos decorativos, se han añadido unas tímidas notas de color. A los que se suma un tronco al natural, que se convierte en un taburete, y le da un toque raw.

Del techo, cuelga una lámpara que, siguiendo las útlimas tendencias, destaca por su tamaño, y está compuesta por varias piezas de cristal. 

Pura sofisticación

Tan sólo la alfombra oscura del salón sirve para delimitar dos espacios: el salón y la cocina, que está a tan sólo un paso del primero. En el centro de ésta, nos topamos con una isla central, de mármol, que, a pesar de su tonalidad oscura, mantiene sus líneas claras. Para iluminar esta zona, se han instalado dos lámparas de techo, blancas, con un interior dorado, a juego con las líneas de las sillas que acompañan a la isla. 

Detrás, se divisan unos muebles grises, con electrodomésticos que, en vez de mantener su característico plateado, se funden con el resto de la decoración.

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Un toque arty

Abierto tanto al salón como a la cocina, se ha creado este pequeño comedor. Una mesa alargada, oscura, y unas sillas tapizadas en gris, son los elementos que la definen. De nuevo, las lámparas modernas vuelven a adquirir protagonismo. En esta ocasión, son tres las que caen sobre la mesa, tras la cual se halla un espejo. 

Las zonas de paso también cobran importancia, como muestran estas escaleras, de madera, que conducen al piso superior. 'Guiando' al inquilino, desfilan diferentes láminas decorativas, de colores muy llamativos, lo que también le da cierto aire bohemio, que rompe un poco con lo visto hasta el momento. 

Además, aprovechando hasta el último espacio de la vivienda, bajo las escaleras que conducen al piso superior, hay una una bodega, con puertas acristaladas. 

Estilo minimalista

En cuanto a los dormitorios, la modelo ha apostado por una decoración todavía más pura y sencilla. Tal y como confirma la imagen, Bella Hadid no ha querido recargar su cuarto, más bien todo lo contrario: sólo ha incorporado las piezas de mobiliario que necesita.

La protagonista es la cama, con un cabecero acolchado, grisáceo, que combina con la ropa que la vista. A ambos lados, dos mesitas de noche idénticas, con dos lámparas, también iguales, con pantalla negra y base dorada.

Una alfombra marca los límites de este espacio que también cuenta con una butaca, de tonalidad arena, y una planta que adorna el rincón.

Una vez más, cabe reparar en la lámpara de techo. En esta ocasión, de estructura dorada, circular, rodeada de pequeñas bombillas. 

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Un baño en dorado y blanco

Si los grises 'mandaban' en el cuarto y en el salón, cuando se llega al baño, la escena se vuelve blanca. Desde las paredes hasta los lavabos, este color es el rey indiscutible, combinado con los detalles dorados. 

Al fondo, se percibe una ducha, con grifería dorada, y protegida por un cristal. Al lado, se encuentra un doble lavabo, con grifería también en dorado, que se alza sobre un mueble de madera oscura. El gran espejo que pone el broche final, es rectangular, y nos permite descubrir que el dorado también inunda las estanterías y toalleros.

Habitaciones luminosas

Esta habitación se diferencia de la anteriior por sus muebles más oscuros. Aunque continúan predominando los neutros, aquí se presentan más intensos. Fe de ello da el armario, con estantes abiertos al exterior. 

Esta vez, la lámpara es similar a la del dormitorio principal, siguiendo su estructura circular.  Otra de las características del apartamento es su luz natural, que inunda cada uno de los rincones.

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Una terraza urbana

El dúplex cuenta, incluso, con su propia terraza, protegida del resto de edificios por unos paneles de madera, que 'ocultan' el espacio. 

Alrededor de una mesa de piedra, gris, discurren varias piezas de mobiliario. Un sofá, alargado, con cojines grisáceos, dos butacas de fibra natural, en blanco, y dos pufs de exterior, también en color blanco.

Un rincón ideal para disfrutar del sol neoyorquino, y que también cuenta con un pequeño guiño a la naturaleza, con las plantas que lo rodean.

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