En esta época donde se ha impuesto trabajar en casa, y según el estudio ‘El Teletrabajo en España’ realizado por HomeServe, el 61% de los encuestados ve un beneficio el no tener que desplazarse, es necesario aprender a separar la oficina, y todo lo que gira alrededor de ella, del hogar y la vida familiar por funcionalidad, comodidad y, especialmente, por bienestar psicológico. Debemos encontrar la manera de que la casa no se convierta en enemiga sino en el mejor aliado para desempeñar la actividad laboral. Eso sí, no se trata de trabajar sin moverte del sofá sino sin salir de tu vivienda, que son cosas bien distintas. Para que la oficina en casa funcione bien, lo mejor es establecer límites claros entre ambas zonas y hacer que discurran en paralelo. Es decir, juntas, pero no revueltas. ¡Descubre cómo!
1. Pon distancia entre ellas
Es decir, creando una distribución donde ambas zonas estén suficientemente separadas, aunque no haya barreras, para evitar equívocos. De manera que, si el despacho está en el dormitorio no esté tan cerca como para permitirte trabajar desde la cama, sino que haya distancia entre ambos. Evidentemente, quitarse el pijama y vestirse con ropa de calle cómoda es otra forma de hacer que el ánimo no decaiga.
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