“Se trataba de una vivienda que exigía un ejercicio de concentración, de decoración perfecta y no desbordante, de equilibrio entre arquitectura e interior, de elegancia en estado puro. Es decir, de hacer algo bello pero sencillo”, explica Laura de Carrillo Proyectos, el estudio artífice del proyecto. Y esta es, quizás, la esencia que se respira en esta vivienda a las afueras de Madrid: la sencillez entendida como una aliada atemporal y sofisticada, que reposa en una selección equilibrada de piezas de máxima calidad y diseño. Este salón comedor, con el espectacular piano como elemento divisorio, objeto decorativo y pieza esencial en la vida de los propietarios, es un buen ejemplo.
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