Esperar la llegada de un nuevo miembro a la familia es una de las experiencias más emocionantes que se pueden vivir. Es un tiempo intenso, lleno de sorpresas y descubrimientos, en el que has de prepararte para recibir al bebé de la mejor manera posible. Y eso se extiende también a tu casa y, dentro de ella, a su dormitorio.
Si la habitación es pequeña y no cuentas con todos los metros cuadrados que te gustaría, será necesario poner a trabajar nuestro lado más práctico para conseguir aprovechar cada centímetro al máximo.
Los elementos imprescindibles
En este momento vital, como sucede en otras ocasiones, es muy difícil no dejarse llevar por el impulso de acumular que a veces nos posee y frenar el ímpetu a la hora de comprar cosas. Pero es necesario hacerlo, especialmente cuando se trata de preparar un dormitorio que no es demasiado amplio. Si este es tu caso, tendrás que parar y pensar cuáles son los elementos que no te pueden faltar y cuáles aquellos de los que puedes prescindir.
Y no solo por una cuestión de espacio físico, sino también porque cuando tu pequeñín esté contigo lo más importante será poder disfrutar de él en un entorno seguro y cómodo, sereno y despejado, y no en un cuarto repleto de cachivaches que tampoco usas tanto, ¿no crees?
Abraza el minimalismo y hazte con una cuna, algún mueble de almacenaje y un cambiador (o una solución similar). Piensa que podrás ir incorporando después lo que realmente necesites.