Facturas elevadas de gas, vecinos a los que escuchas como si estuvieran contigo en el dormitorio, las ganas (casi una necesidad) de tener una terraza, un salón en el que apenas entras o, simplemente, ganas de un cambio. Parece que tu casa y tú no estáis hechas para estar juntas, especialmente en estos momentos en los que os veis obligadas a pasar más tiempo juntas. Sin embargo, antes de mudarte a la vivienda de tus sueños, da una segunda oportunidad a la de siempre porque con nuestras ideas de decoración, que no implican grandes obras, no solo parecerá otra, mucho más actual y cómoda, sino que también reducirás la factura del gas o la luz.
1. Problema de metros
La falta de metros cuadrados es una variable habitual, incluso en las viviendas modernas, y es aquí donde entran en juego las distribuciones abiertas con “divisiones que no llegan al techo y elementos, como puertas o tabiques de cristal, que crean ambientes (no contenedores). Eso sí, no se trata de tirar un muro y quitar la puerta, es preciso que no se mezclen y no compartan recorridos”, aconseja el arquitecto Juanjo Pérez-Olaya.
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