La casa donde vives es tu hogar, sea de alquiler o en propiedad. Si tu situación es la del primer caso, es decir que tu casa es alquilada, puede que te asalten las dudas a la hora de decorarla, y que te sientas cohibida a la hora de renovar la decoración.
Quizás no puedas llevar a cabo una reforma, pero sí desarrollar algunas ideas creativas para mejorar (y mucho) la apariencia de los espacios. Así conseguirás darle a la casa tu propio estilo.
Una buena comunicación
Si vives de alquiler sabrás lo importante que es que exista un buen feeling entre inquilino y casero. Inevitablemente surgirán mil cuestiones, y a veces problemas, que tendréis que solucionar de mutuo acuerdo.
Por eso es fundamental que trates desde el principio la posibilidad de hacer cambios en la casa. Esto es especialmente importante si la vivienda está amueblada y no precisamente a tu gusto.
En caso de que hayas encontrado un piso que te encanta (y cuya mensualidad consideras adecuada) lo mejor es concretar en el mismo momento de firmar el contrato de alquiler qué pequeñas “reformas” puedes hacer y cuáles no. Puede que a tu casero no le importe que hagas agujeros en las paredes, o todo lo contrario…