Pintar las paredes no tiene por qué convertirse en una manera aburrida de decorar tu casa. Si empleas la técnica adecuada conseguirás resultados muy originales. Es lo que ocurre cuando recreas el efecto ombré o degradado de color: que la habitación cambia por completo.
Espacios que se vuelven únicos
Una de las cosas que más nos apasiona cuando decidimos pintar las paredes de casa es elegir el color adecuado. No es tarea fácil, ya que hay un sinfín de posibilidades muy interesantes y, además, ha de ser especial para nosotros, único y personal.
Por eso esta tarea es tan importante, porque es una de las claves para que nuestra casa nos cautive por completo, tanto si se trata de paredes lisas, como cuando buscamos efectos más peculiares.
El color que elijamos determinará la apariencia de la habitación. Puedes optar por tonos neutros (beige, gris, topo, etc.), pastel o intensos y brillantes. Todo depende del carácter que quieras imprimir al espacio.