Limpiar, ordenar, cocinar, acabar con el polvo y la suciedad… y vuelta a empezar. Las tareas domésticas no tienen fin y ocupan una buena parte del tiempo libre del que disponemos. Teniendo en cuenta que este es bastante escaso, dada la cantidad de cosas que hemos de hacer a lo largo del día, es buena idea que tratemos de realizar las labores del hogar lo más rápido posible.
Hoy vamos a descubrir algunos trucos, métodos de trabajo y planteamientos para lograr una casa limpia y recogida sin eternizarnos.
La rutina está de tu parte
Dedicamos mucho tiempo a la limpieza y el mantenimiento de nuestra casa. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), el 43,3 % de las mujeres trabajadores invierten en estas labores dos horas diarias, lo que supone 14 horas semanales (datos de 2015).
El primer paso para evitar que las tareas de casa se conviertan en un monstruo capaz de devorar todos tus ratos libres, es adoptar una rutina que te permita programar tus quehaceres y llevarlos a cabo de una forma más ordenada.
Piensa qué trabajos has de hacer todos los días (como recoger la cocina o arreglar el dormitorio) y organiza los semanales de lunes a viernes. Recuerda: la planificación es fundamental.