El dormitorio principal perfecto debe ser relajante, cálido, acogedor y, por supuesto, estiloso y adaptado a tus necesidades, hábitos y gustos. Para ello, debe cumplir cinco normas:
1. Paleta cromática suave. Con colores neutros, claros y relajantes y alguna pincelada intensa en los accesorios.
2. Una distribución idónea. Adaptada a la planta y los metros cuadrados, con zonas diferenciadas (sueño y almacenamiento), espacio alrededor de la cama para poder circular y muebles del tamaño idóneo, que den respuesta a tu día a día.
3. Bien iluminado. Con una iluminación cálida y acogedora por la noche, con lámparas auxiliares repartidas estratégicamente, y suave por el día, para que nos despierte sin brusquedad, pero también nos permita vestirnos cómodamente.
4. Con una cama ‘10’. Dado que es la pieza principal, la cama debe ocupar un lugar preferente en la estancia, ser amplia, confortable y asegurarte un descanso reparador.
5. En orden. Para crear una atmósfera tranquila y sosegada, es preciso que reine el orden y nada esté fuera de su sitio.
Además, de estas reglas básicas, es preciso que sea tuyo y hable de ti. De manera que te sientas a gusto e identificada con la decoración de interiores que te rodea. Conscientes de que hay uno con tu nombre, hemos preparado esta selección, tan variada como estilosa, siguiendo el refrán de “cada oveja con su pareja”: ¿Cuál es la tuya?
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