¿Te imaginas pisar una alfombra mullida y de pelo largo después de volver de la playa? Nos produce alergia solo pensar en ello. La decoración de interiores debe adaptarse a cada estación, de manera que sea calentita y acogedora en invierno y fresca y vitalista en verano. Para lograrlo, hay que crear una atmósfera tranquila, donde refugiarte durante las peores horas del día, alegre y llena de vida. Además, no solo debe saber a verano sino que, además, debe bajar la temperatura algún grado, no dar calor y ser capaz de convertir tu casa en el lugar más confortable del mundo, rompiendo con la normalidad del resto del año. Estas claves 100% veraniegas te ayudarán a conseguirlo.
Di sí a las fibras vegetales
Pocos materiales son tan veraniegos como las fibras vegetales. Acogedoras y frescas, diseñan atmósferas envolventes, en las que desconectar y enfrentarse a las altas temperaturas con la mejor cara. Además, encajan con cualquier estilo decorativo.
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