El buen tiempo es sinónimo de barbacoa, un plan que ya no solo es delicioso gastronómicamente hablando, pues la parrilla le aporta un toque especial a cualquier receta, sino que también es estupendo para compartir en grupo. Una barbacoa permite el movimiento entre comensales, disfrutar de un aperitivo mientras se ultiman las brasas, en torno a las que se suelen generar conversaciones. Es informal y relajado y, aunque el encargado/a de la comida suele pasar calor por estar cerca del fuego, es una actividad para sacar el máximo partido al aire libre.
Ahora bien, hay que tener en cuenta una serie de consejos a la hora de lanzarse a comprar una barbacoa o construir una fija de obra. Medir las condiciones del entorno, evaluar las necesidades que puedan surgir, estudiar la disposición… son algunos de los factores clave que debemos revisar para no cometer fallos. Lo primero, sin duda, es saber de qué espacio disponemos, dado que los expertos apuntan a una superficie mínima de 10 m2. Esto marcará, para empezar, el tipo de barbacoa más adecuada para ti.
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