Limpiar las alfombras es una tarea que debemos acometer de vez en cuando. No me refiero al mantenimiento diario, sino a una puesta a punto que hay que hacer, al menos, una vez al año. Y el verano, con sus altas temperaturas, nos brinda el momento perfecto para llevarla a cabo.
Si eres de los que guardan las alfombras de invierno durante los meses de más calor, seguramente las hayas limpiado antes. Puede que las hayas llevado a la tintorería, para que se recibiesen un trato profesional, pero esto no siempre es necesario. También es posible realizar esta tarea en casa, aplicando las técnicas que requieren en cada caso. Descubre cuáles son los trucos y pasos que debes dar para mantener tus alfombras tú mismo como nuevas.
La limpieza diaria
Las alfombras son un elemento destacado en la decoración de la casa, ya que añaden confort a los espacios, logran atmósferas más cálidas e insonorizan los ambientes. Sin embargo, requieren un mantenimiento constante si no quieres que se conviertan en un foco de polvo, suciedad y ácaros.
Por eso, tengas alérgicos en casa o no, limpiar las alfombras con frecuencia es algo obligado. Para lograr los mejores resultados necesitas una herramienta imprescindible: un aspirador potente. Pásalo dos veces a la semana. Has de hacerlo lentamente y de forma regular, dejando que aspire el polvo y la suciedad acumulada. A pesar de pasar con frecuencia el aspirador, también es importante sacudir las alfombras, siempre que su tamaño lo permita. Sacudirlas y ventilarlas es lo mejor para eliminar el polvo y la suciedad que se esconde entre las fibras.