Martha’s Vineyard (Massachussets) es uno de los destinos vacacionales preferidos de los Obama desde hace varios años. Por eso, no es de extrañar que finalmente hayan decidido en lugar de alquilar, comprar una vivienda y convertirla en su segunda residencia. Aunque todavía no han cerrado la operación, el precio de esta preciosa mansión es de 13,4 millones de euros. ¿Quieres descubrir cómo es la futura casa de playa del expresidente americano y su familia?

Los Obama con sus hijas Sasha y Malia han tenido un verano movido, ya que, además de pasar unos días en nuestro país, han sido los invitados de los Clooney en su villa del Lago Como. Aunque las vacaciones están llegando a su fin, esta preciosa mansión de Martha’s Vineyard es el broche perfecto. Con unas increíbles vistas y rodeada de un jardín exuberante y fresco, la zona de la piscina cuenta con una zona de relax y un comedor al aire libre. Para unificar el conjunto, los cojines de ambas zonas son de color verde.

Los techos altos ofrecen una bienvenida de altura a los visitantes, diseñando una entrada original, con columnas de hormigón visto y estructuras metálicas. Para restar frialdad, se han empleado dos armas 'deco' infalibles: el arte y las piezas exlusivas, como ese banco de terciopelo con flecos. 

Bajo un original techo, el salón amplio y luminoso busca la conexión con el exterior, mediante grandes ventanales, algunos verdaderos tabiques de cristal, que permiten una comunicación fluida entre ambos espacios. La decoración sencilla y contemporánea, por su parte, hace del blanco su aliado para recrear una atmósfera playera, llena de encanto. La gran chimenea, el pavimento de madera y la gran alfombra son los encargados de aportar calidez a un ambiente casi minimalista.  

Para amueblar el comedor de planta circular con salida al jardín, se ha elegido una gran mesa redonda con capacidad para nueve comensales. Las numerosas ventanas, que permiten la entrada de la luz natural, proporcionando, además unas vistas espectaculares, se han vestido con cortinas blancas, para crear sensación de frescura y ligereza. 

La cocina de la futura residencia de la playa de los Obama tiene todo para enamorarte: metros, una gran zona de almacenaje, un office para los desayunos de diario y electrodomésticos de última generación. Si a eso le sumamos un encantador estilo clásico y un pavimento de madera brillante y renovado, el flechazo está asegurado. Llama la atención, el proyecto lumínico de la misma, que refuerza los focos empotrados con tres lámparas de techo.

Luminoso y amplio, el dormitorio principal posee el encanto de los espacios abuhardillados. Decorado en blanco, al igual que el resto de la vivienda, se ha aprovechado la parte más inclinada del techo para hacer una zona de armarios a medida, que sacan partido al espacio, ofreciendo un lugar extra para guardar la ropa. La gran alfombra, que simula tablones de madera, y la chimenea aportan la pincelada de calidez necesaria, para crear una atmósfera de descanso agradable y hogareña.

A pesar de los 2.000 metros cuadrados que tiene esta residencia de Martha's Vineyard, cada habitación saca el máximo al espacio y la luz. Así, el blanco del friso de la pared, los techos y la ropa de cama amplían los metros y llevan los rayos solares que entran por la ventana a todos los rincones, los muebles se han diseñado a medida y la cama se ha situado aprovehando un ‘hueco muerto’. 

Aunque la vivienda es de estilo contemporáneo, en los cuartos de baño (en total hay nueve) se ha apostado por un ‘look’ más clásico, con una bañera revestida de azulejos, un mobiliario con cuarterones blancos y una encimera de mármol. En este concretamente destaca la gran zona de armarios, con capacidad para guardar las toallas y productos de higiene, y los dos espejos sobre los lavamanos.

La mansión cuenta con una sala de ocio, que incluye un billar, donde relajarse con los amigos o ver una película en familia, incluso disfrutar del documental que acaban de producir los Obama. La estancia sigue haciendo del blanco el color protagonista, con permiso del original techo y del brillante pavimento de madera. Para delimitar el área de los sofás se ha empleado una mullida alfombra en tonos claros, a juego con la paleta cromática del resto del ambiente. 

En la terraza se ha creado un solárium con varias hamacas con ruedas, que pueden trasladarse cómodamente a una zona de sombra, durante las horas más intensas de sol. Para no tener que poner mesas auxiliares, cada tumbona tiene una pequeña superficie, muy práctica para dejar el libro, el protector solar o la botella de agua