1/10 © Katty Schiebeck

1. ‘Less is more’

Decía Mies van der Rohe y a partir de esa regla, este estilo decorativo encuentra su lugar en la decoración del hogar. Aunque nacido en 1960, son los años 70 su época dorada, y su búsqueda se centra en aprovechar el espacio en sí, sin saturarlo de objetos y apostando por lo básico y necesario. Hoy, añadimos un matiz a este mantra, ya que el nuevo minimalismo resulta más cálido y hogareño, sin perder sus señas de identidad. Es contención, pero también elegancia, es pulcritud, pero también naturalidad. Como en este apartamento de alquiler turístico, donde la interiorista Katty Schiebeck, autora del proyecto, es capaz de elevar el minimalismo a la dimensión del lujo y la sofisticación, gracias al mobiliario y las obras artísticas.

2/10 © Baleri Italia

2. Adaptado al espacio

Antes de ponerte manos a la obra, fija qué actividades van a realizarse en esa estancia, qué buscas y cuántos miembros de la familia van a disfrutarlo, ya que no es lo mismo la cocina -núcleo de la vida en el hogar- que la zona de trabajo. Ten siempre presente que estamos ante una arquitectura honesta austera, limpia y en calma, por lo que el espacio debe ser una muestra de esta filosofía de vida.

 

3/10 © Jefferson Smith

3. Materiales ganadores

Son de suma importancia en los interiores minimalistas, dado que son, en parte, responsables de hacer que el tiempo no pase por estos espacios. “La belleza como el amor es atemporal y la resistencia de los materiales congela las modas y el paso del tiempo”, señala Claudio Silvestrin, uno de los padres de esta tendencia.

La madera, tanto en suelos y revestimientos como en mobiliario, se cuela buscando restar frialdad y ganar en calidez y sensación de hogar, como ocurre en este proyecto del arquitecto italiano. También la incorporación de detalles ‘raw’, en bruto y sin tratar, consigue reducir su visión homogénea, introduciendo una pincelada llena de autenticidad.

4/10 © Bulthaup

4. Orden al desorden

Marie Kondo no es consciente (¿O sí lo es?) de lo mucho que ha hecho por esta tendencia. Porque el minimalismo no solo habla de las piezas principales de mobiliario sino también, y especialmente, de todo lo que tendemos a acumular y exponer en nuestra casa. Por eso, antes de elegir qué mesa elegir, echa un vistazo a todo lo que almacenas y no usas nunca. “Emplea sólo lo indispensable, porque estamos no sólo ante un estilo decorativo sino ante una forma de vida. Y, por eso, el primer paso es ordenar y despojarse de todo aquello que no sea necesario”, aconsejan desde Incasa Studio. Tener poco, a la vista y ordenado es clave en este tipo de interiores.

 

5/10 © Katty Schiebeck

5. Colores afines

El blanco y los colores claros son buenos aliados de este estilo, aunque el negro el gris o el azul también resultam grandes compañeros. Per, al margen de la tonalidad, lo realmente importante es evitar los contrastes y los enfrentamientos cromáticos, salvo en el binomio ‘black & white’ , todo un clásico de lo 'minimal'. Una máxima que debes poner en marcha también en tejidos y tapicerías. Si apuestas por tonalidades oscuras, ten en cuenta que estas necesitan metros suficientes para lucir, por lo que resérvalas para estancias L o XL o engaña a la vista abriendo la casa a la luz o colocando espejos, estratégicamente situados.

En este proyecto de Katty Schiebeck, la abundante luz natural, las paredes blancas y las sillas de madera claras diseñan un comedor tranquilo, cómodo y lleno de vida.

6/10 © Muuto

6. El espacio es protagonista

El espacio en sí es vital en esta corriente, por lo que necesita lucirse en toda su magnitud, sin distracciones. Apostar por los revestimientos sin juntas o casi invisibles, que aporten sensación de continuidad, es una buena manera de sacar todo el partido al ambiente. De la misma manera que la luz natural ayuda a crear sensación de amplitud y limpieza visual.

7/10 © Zeus

7. Pinceladas artísticas

No a la materialización, ni a paredes llenas de cuadros. Nuestros interiores 'minimal' deben ser simples, funcionales y sencillos, muy en la línea de la filosofía de vida, que demuestra que vivir con menos objetos puede aumentar la felicidad. El nuevo materialismo encuentra en el arte, eso sí en el contemporáneo, una nueva manera de romper con la monotonía y dar una nota sorprendente, que añade sin restar nada a su atmósfera útil y fresca.

8/10 © Normann Copenhagen

8. ¿Y los adornos?

También tienen cabida en ‘looks’ minimalistas, siempre que se seleccionen con cuidado, se usen con moderación y mantengan la misma gama cromática que el resto de la estancia. Elige piezas discretas, con diseños geométricos y en colores naturales, capaces de convivir en equilibrio, sin destacar una por encima de otra. “Armonía entre elementos, entre figuras, sin opuestos, sin desorden, sin tensión, sin fragmentos”, dice Claudio Silvestrin.

9/10 © Knoll

9. En busca de la recta

Los muebles deben ser sencillos, pero no por ello poco elegantes o sofisticados. Las piezas de diseño, como la silla Barcelona, en Knoll, logran que la personalidad, uno de los aspectos que más se le echa en cara, se materialice y dote de carácter a estos espacios. “Elige mobiliario de líneas rectas y sencillas. Los muebles minimalistas se caracterizan por sus formas geométricas y por tener una funcionalidad especifica en cuanto al espacio”, matizan desde Incasa Studio

10/10 © Matteo Brioni

10. Un lado espiritual

No es una cuestión, o al menos no del todo, de proporciones, eficiencia lumínica, pavimentos y paredes blancas, sino un estilo decorativo que despierta la sensibilidad de las personas. Por eso, tras sus interiores pulcros, que parecen a punto de romperse si introduces esa figura que compraste en el último viaje, hay que dejarse llevar por su espiritualidad, por su forma de entender la vida, sin acumular, ajena a las modas y a la felicidad momentánea del 'shopping'. 

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