¿Quieres saber cómo decorar en blanco y negro?

Si te apetece apostar por el binomio con más contraste y no sabes exactamente cómo hacerlo, te damos algunas claves para que sea un acierto

Por hola.com

Hace varios meses nos referimos en esta misma sección a la tendencia de la decoración en blanco y negro. Hablamos en aquella ocasión de que parecía estar convirtiéndose en un auténtico must have en multitud de hogares de todo el mundo. Y te mostrábamos cómo algunas firmas habían hecho una apuesta clara por esta tendencia editando muebles y accesorios con este contrastado binomio.

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Hoy podemos decir que, en efecto, se ha convertido en una de las tendencias más fuertes de la actual temporada —y seguramente las siguientes—. Y es toda una novedad, porque hasta hace bien poco el negro era un color tabú en el mundo de la decoración. Por suerte, esa concepción ha ido cambiando, sobre todo, cuando se combina con el blanco.

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Desde estas páginas queremos ofrecerte algunas recomendaciones y trucos para acertar plenamente en tus decoraciones en blanco y negro. Para empezar, has de saber distribuir bien los colores creando el máximo contraste. Es el mejor modo de que queden más o menos equilibrados. Y decimos más o menos, precisamente, porque los blancos deben predominar.
Nuestra recomendación es que techos y paredes sean blancos —en éstas te puedes permitir alguna discreta licencia, por ejemplo con papeles pintados en ambos colores—. Y que aproveches los suelos para el negro. Para ello puedes emplear desde pizarra hasta cerámica, pasando por maderas oscuras y microcementos.

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En cuanto a los muebles, por suerte puedes optar por diversas ideas. Una de ellas es combinar muebles enteramente negros con otros blancos. O muebles de uno de estos colores con accesorios —textiles, detalles decorativos, vajilla…— en el opuesto. Otra idea es meter algunas piezas que ya sean bicolor. Vas a encontrar muchas —sillas, butacas, sofás, alfombras, aparadores— y de diferentes estilos. A esto puedes añadirle otras piezas en materiales que coordinan a la perfección, como el vidrio o diversos metales.
Y, por supuesto, no te olvides de añadir pinceladas en otros tonos. En este sentido, olvida la discreción. Apuesta por colores vibrantes que de nuevo favorezcan el contraste. Añade detalles en rojo, amarillo, rosa, naranja o azul. O en varios de estos colores para que se rompa la monotonía —mejor sería decir bicromía—.

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Por ahora, la situación que estamos preparando es la adecuada. Pero cuidado, que viene la iluminación. Aún más esencial en espacios en los que predomina el binomio blanco / negro, precisamente porque el blanco es el color más luminoso y que necesita menos luz —demasiada puede resultar incómodo—; y el negro, el más oscuro y, por lo tanto, el que necesita mayor aporte lumínico.
La clave la vas a tener a la hora de colocar los muebles. Ten aún más en cuenta de lo normal de dónde procede la luz, tanto la natural como la artificial, claro. Evidentemente, deberás tratar de situar las piezas negras en las zonas mejor iluminadas. Y las más claras, en las zonas de la estancia más oscura. Esas que casi siempre están en penumbra. No temas, el resultado final será sorprendente.

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Seguimos con iluminación, precisamente con las luminarias. Trata de localizarlas combinadas en blanco y negro o en uno de esos colores. Vamos, con pie negro y pantalla blanca o viceversa. Del mismo modo, puedes tratar de colocar un centro de mesa con la base negra —piedras o vidrios son una buena opción— con velas blancas encima. Le dará, de paso, un look muy zen.

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Ya que sabes todo esto has de tener en cuenta que el buen resultado de esta combinación va a depender de cómo sea el espacio que vas a disponerte a decorar. Si cuentas con poco espacio y muy oscuro, te recomendamos que el blanco mande de manera evidente y dejes el negro para los detalles. O incluso que éstos sigan la teoría del contraste. Vamos, que lo emplees en las tazas del desayuno, los manteles individuales, las bandejas o apenas un puff a pie de sofá…