Decoración y hostelería: la pareja perfecta

Restaurantes informales con cocina de autor; locales de comida tradicional; o tabernas japonesas. Estas son algunas de las nuevas propuestas para disfrutar de una comida en espacios donde la decoración es un elemento importante para crear ambientes agradables

by hola.com

En numerosas ocasiones hemos visto en estas páginas cómo los locales de ocio y, sobre todo, los restaurantes, más o menos informales, se han ido convirtiendo, poco a poco, en escaparate de tendencias en decoración y lifestyle. Claro que sin despistar en ningún momento la calidad de la comida. Por eso, hasta los lugares regentados por grandes cocineros pueden presumir de ser decorados con gran esmero por profesionales de prestigio. Ese es el caso de Al Trapo, el más reciente espacio inaugurado por el prestigioso chef Paco Morales. Pero queremos mostrarte más. Preciosos locales en los que comer rodeado de singularidad y buen gusto en Madrid y Valladolid. No te lo pierdas.

Más información:
www.altraporestaurante.com
www.frankfoodmanagement.com
www.tabernawabisabi.com

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Para el restaurante Al Trapo, el estudio Corada Figueras ha creado una puesta en escena singular, con una mesa de pase de corian en la que se retocan y terminan a la vista de los comensales las diferentes propuestas culinarias del chef cordobés. 
Ubicado en el madrileño Hotel De las Letras, el estudio de decoración dio una vuelta de tuerca al concepto del colmado o la casa de comidas convirtiéndolo en un espacio elegante, pulcro y luminoso, huyendo de lo sofisticado, de lo excesivo. 
De todos los elementos decorativos de Al Trapo, destacan las luminarias de papel. Algunas inspiradas en las esculturas de Noguchi. Otras, suspendidas sobre mesas redondas procedentes de tienda Batavia. Y las lámparas de huevos de avestruz del diseñador catalán Antoni Arola. 
También en el centro de Madrid está ubicado Frank, un restaurante de cocina tradicional cuyo interiorismo ha corrido a cargo de Alejandra Pombo. La decoradora ha querido crear un espacio original dividido en dos plantas bien diferenciadas. En la imagen, la superior. 
La planta superior se concibió como una reinterpretación de la bodega de la planta baja. Para ello se colocaron unas bóvedas trianguladas asimétricas y rítmicas que fueron revestidas con madera basta, sin pulir, a modo de palés. 
En la planta baja se recuperó el ladrillo existente de las bóvedas de la bodega, que lo dotan de gran calidez. El suelo es de hidráulico con tablilla de parqué industrial, barra con chapa de deployed y tapa de hidráulico de diferentes diseños. 
¿Una taberna japonesa en Valladolid? Pues sí. Se llama Wabi Sabi y ha sido decorada por Sandra Tarruella. Se trata de un local dividido en dos plantas comunicadas a través de un doble espacio y una gran escalera central. 
La planta superior se ha convertido en un espacio donde degustar pequeñas raciones generalmente en grupo y de pie. Por eso, buscando el aspecto informal, las mesas de roble solo tienen taburetes de cuero fijos. 
En el bar de tapas, la barra y el puesto del sushiman son de roble natural aserrado y reciben al cliente. El producto se expone en unas estanterías de roble parcialmente cerradas por unos paneles japoneses correderos de madera y pergamino retroiluminados. 
Para la planta inferior se ha buscado un ambiente más tranquilo. El espacio resulta mucho más amplio y permite jugar con distintas maneras de sentarse cómodamente alrededor de la escalera de bajada. Unas grandes mesas y bancos de hierro organizan el espacio y dan peso específico al centro de la planta. 
Pero el protagonista estrella del proyecto es, sin duda, un banco de peces de pergamino iluminados. Son especies típicas de la gastronomía japonesa, como el pez globo, el atún o el siluro. Estas siluetas crean una escultura que nace de la planta sótano y acaba en la fachada.