Nhow Berlín: un hotel poco convencional

La cadena de hoteles NH cuenta con un espectacular establecimiento diseñado por Karim Rashid

by hola.com
Son muchos quienes tienen la idea de que los hoteles de la cadena NH son espacios muy cómodos, funcionales y agradables, pero que apenas llaman la atención, casi anodinos. Nada más alejado de la realidad de los últimos establecimientos que ha ido inaugurando. Como el NH Palacio de Tepa, del que ya hablamos aquí. O el Nhow (léase nau) Berlín. Un espectacular edificio a la orilla de Spree alberga el primer hotel musical del mundo. ¡Con estudios y grabación y ‘guitar service’ incluido! Para entender lo sorprendente del lugar, dos nombres: el arquitecto Sergei Tchoban y el diseñador Karim Rashid. No apto para gustos convencionales.
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La vista del Nhow Berlín es espectacular desde el otro lado del río Spree. Desde ahí se aprecia en toda su magnitud la belleza de las fachadas del hotel, ubicado en una antigua zona industrial, East Harbour, ahora ejemplo de vida artística y creativa.  
Como si de las piezas de un rompecabezas se tratase, las fachadas del Nhow Berlín encajan de manera sorprendente. Destaca el volumen volado superior, que sobresale 21 metros sobre el río Spree. El aluminio de este cubo se refleja en el río al amanecer y al atardecer. El efecto es espectacular. 
El edificio, obra del ruso Sergei Tchoban, es sorprendente. También su interior. La mano —y el gusto un tanto excéntrico— de Karim Rashid se ve en cada uno de sus rincones. Por ejemplo, en el mueble de recepción, una única pieza de resina en color fucsia.  
El rosa manda en este espacio, que casi es una muestra de lo que el diseño significa para Rashid. La visión de este egipcio afincado en Nueva York es un movimiento radical, cuyo principal objetivo es romper con las ‘viejas’ formas de vivir y de mirar.  
Los dorados son en este hotel el complemento perfecto del fucsia. Por ejemplo, en los accesorios de la junior suite. Pero también en la columna del bar circular de la planta baja, en el que se aprecia el perfil del propio Rashid, para quien la discreción no es un valor.  
En este hotel, el diseño se respira por cada uno de sus poros. Pero también los sonidos pop. Para muestra, la sala de música. Ubicada en la zona volada del edificio, situada entre los pisos ocho y 10, cuenta con una máquina de discos al más puro estilo años 50. 
Además de servicio de guitarra en la habitación, el establecimiento cuenta con dos completísimos estudios de grabación supervisados por prestigiosos profesionales de la música. Las musas acudirán sin duda aunque sea sólo por disfrutar de las vistas sobre el Spree desde los estudios.  
En la imagen, la zona del restaurante destinado al desayuno. De nuevo el rosa fucsia, combinado con colores pastel y una agradable luz natural que entra desde los enormes ventanales que miran al río, siempre presente en este hotel. 
Con la ciudad de Berlín de telón de fondo, la zona del restaurante del Nhow Berlín se viste de varias tonalidades de verde. Y de formas voluptuosas, en las que las curvas mandan. Y las mesas pequeñas, algo que Rashid buscó para conseguir mayor intimidad entre los comensales.  
Las Junior Suite pueden elegirse en rosa —en la imagen— o en azul. Todas ellas con un look muy ‘digipop’, como puede apreciarse en el estampado de las cortinas (por cierto, confeccionadas por Gastón y Daniela), el suelo y el tapizado del cabecero. 
Todas y cada una de las intenciones de este hotel se encuentran reunidas en la suite, donde el blanco tiene más presencia que ningún otro color. Nada menos que 258 metros cuadrados en los que disfrutar, por ejemplo, de una guitarra y un piano. 
Las habitaciones standard también rebosan gusto divertido y colorista de Karim Rashid por los cuatro costados. Claro que para llegar a ellas hay que subirse a unos ascensores dominados por colores ácidos y con la presencia de Rashid (y su novia) en los techos.  
Los cuartos de baños de las habitaciones son muy completos. La Junior Suite cuenta con bañera exenta, ducha, doble lavabo (los sanitarios, preciosos, son de Ideal Standard) y el gusto de disfrutar de la luz natural conseguida por las paredes de crital.