Aires contemporáneos para un edificio histórico

La cadena hotelera NH abre un nuevo establecimiento en Madrid, el Palacio de Tepa, en el Barrio de las Letras

by hola.com
Las calles de Madrid están salpicadas de hoteles. A pesar de ello, se siguen inaugurando espectaculares establecimientos para el hospedaje. Hace poco vimos aquí el Radisson Blu, situado a los pies del barrio de Las Letras, uno de los más turísticos y con mayor encanto de la capital. Exactamente en el centro de esa misma zona se ubica el hotel que hoy nos ocupa: NH Palacio de Tepa.
La morada se levanta sobre un edificio histórico de estilo clasicista construido por el Conde de Tepa y concluido originalmente en 1808 según proyecto de Jorge Durán, en colaboración con Juan de Villanueva. Por ese motivo, el trabajo de interiorismo debía ser especialmente cuidadoso. Partiendo de la premisa del respeto, el interiorismo tenía como reto más complejo “dotar de aroma contemporáneo el interior del emblemático edificio”, según palabras del arquitecto Ramón Esteve.

Más información:
San Sebastián, 2. Madrid;

Tel: 913896490
www.nh-hoteles.es
www.ramonesteve.com
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“Durante la rehabilitación, fue muy complejo adaptar las instalaciones”, comenta Ramón Esteve, cuyo estudio de arquitectura se ha encargado del proyecto. “La intención del proyecto de interiorismo fue siempre respetar el propio carácter del edificio y dialogar con él para lograr espacios armoniosos” 
La entrada no pasa desapercibida al huésped: “Grandes volúmenes metálicos iluminados, suspendidos bajo los lucernarios en la recepción y el restaurante, dejan pasar la luz natural que entra a través de los patios”, comenta Esteve. 
Ramón Esteve: “El uso de las tonalidades tostadas de la madera y los bronces en el mobiliario, tanto en zonas comunes como en habitaciones, nos ayudan a conseguir un entorno muy cálido. Los tonos crudos, visón y beige de pieles y textiles de la habitación, aportan luminosidad y serenidad”. 
En las habitaciones de la última planta, “se han repuesto el techo y las vigas de madera según la configuración inicial, se han teñido y se ha optado por dejarlo visto. Cuando te encuentras en estas habitaciones de techos de madera se respira tal tranquilidad que olvidas que estás en el centro de Madrid”.  
“Sobre la recepción se vuelca la entreplanta de techos abovedados del edificio que posee un gran encanto. El amplio espacio del vestíbulo nos permitió jugar con un elemento escultural —las lámparas— de gran dimensión que multiplica la percepción de la gran altura del techo”. 
Del trabajo de rehabilitación, Esteve comenta: “Nos parece un gran acierto la recuperación de las contraventanas de madera en ventanas y balcones de las habitaciones. Recuerdan el trabajo manual propio de la construcción de la época y aportan calidez y privacidad a las habitaciones”. 
Para Ramón Esteve todos los elementos cuentan: “Cada detalle ha sido cuidado al máximo en las habitaciones, con el cabezal de piel retroiluminado, escritorio con secreter tapizado en piel que esconde un espejo-tocador en su interior y amplios y mullidos elementos a pie de cama”. 
“El conjunto de la propuesta dota al hotel de una fuerte personalidad, con una gran carga ambiental que seduce por su unión de historia y contemporaneidad”. Una muestra: “La sala arqueológica, que permite ver los restos de un arcaico viaje de aguas, encontrados bajo el suelo acristalado”.  
Esteve también se ha encargado del mobiliario: “Se han diseñado en exclusiva todos los elementos de mobiliario de habitaciones, recepción y restaurante, las alfombras y las lámparas auxiliares”. Hay piezas diseñadas por Esteve y producidas por Andreu World, Gandia Blasco y Ona Light.  
“El edificio cuenta con dos patios abiertos, con el aire de corrala tan característico de Madrid, que inundan de luz los pasos y los espacios que vuelcan a estos. Toda la carpintería de cerramiento de los patios es de madera lacada en blanco con cierres originales de falleba”, afirma Esteve. 
Para las paredes de zonas comunes se ha tenido especial cuidado, como se desprende de lo que comenta Esteve: “El acabado de los paramentos de las zonas públicas de estuco veneciano en tonos grisáceos con zócalo de granito en los pasos armoniza perfectamente con la arquitectura del edificio”. 
“Cada planta del edificio tiene distintas configuraciones de alturas y techos. Así, nos encontramos con una planta con encantadoras habitaciones con techos abovedados, otras son amplios dúplex, y otras disfrutan de cálidos techos de madera”, concluye el encargado del interiorismo.