Los muebles también se merecen una manita de pintura

Para que no desentonen con las paredes y el techo, ahora es el turno de reformar nuestros muebles, ¿quieres saber cómo?

Por hola.com

Una vez pintado el techo y las paredes de una habitación, el siguiente paso consiste en renovar la imagen de toda la carpintería, adaptándola a las nuevas tonalidades del cuarto. Para ello, lo primero que tendrás que hacer será limpiar y lijar toda la madera. Aplicadas en varias capas, las pinturas de esmalte proporcionan el revestimiento más duradero para la madera.

Si la carpintería se encuentra en buen estado, o si se quiere un acabado especial, existen muchas otras posibilidades, como teñir, barnizar o encerar.

Pintar la madera
Los esmaltes brillantes o mates deben aplicarse sobre la superficie de madera en varias capas con el fin de formar un revestimiento de protección.
Asegúrate de que cada capa se haya secado antes de dar otra mano; en este sentido, en ambientes más fríos, las pinturas pueden tardar varios días en secarse.
Pinta la capa final con una brocha gastada de cerdas suaves para obtener un acabo muy liso y ventila bien la habitación.

Repintar
Para repintar la madera, lo primero que debe hacerse es lavar la superficie con jabón y lijar las superficies ásperas con papel de lija de grano fino o medio. Después, elimina el polvo con un trapo humedecido en aguarrás.

A continuación, pinta la capa final sobre la superficie preparada. Si deseas aplicar un color nuevo, pinta una capa base, y cuando esté seca, procede a aplicar la capa final.

Barnizar y teñir la madera
Los barnices proporcionan revestimientos tan duraderos como los esmaltes y pueden encontrarse con acabados mates, satinados y brillantes. Por su parte, los barnices con pigmentos cambian el color de la madera.

Lo primero es preparar la madera para el barnizado de la misma manera que para los esmaltes: lijando y rellenando hasta obtener una superficie lisa. Después, cepilla el polvo y limpia la superficie con un trapo humedecido en aguarrás. Se trata de un sencillo proceso que consta de los siguientes pasos:

1- Aplicar el barniz: Vierte el barniz en un cubo y seguidamente moja un trapo, que aplicarás frotándolo sobre la madera en la dirección de la veta.

2- Lija la primera capa: Una vez seca la primera mano de barniz, pasa con cuidado un papel de lija fino por la superficie.

3- Eliminar el polvo: Limpia las partículas de la superficie con un cepillo o una brocha vieja. Termina de eliminar el polvo con un trapo humedecido en aguarrás.

4- Aplicar la capa final: Siguiendo las instrucciones del fabricante, aplica cada capa con una brocha limpia. Lija suavemente la superficie después de que cada capa se haya secado.