A vueltas con el rodillo

Te contamos cómo debes utilizar el rodillo para que tus paredes queden perfectas y el resto de la casa no acabe llena de pintura

Por hola.com

Al margen de la brocha o el pincel, existe otro utensilio mucho más adecuado para pintar grandes superficies, que además te permitirá ahorrar grandes cantidades de tiempo y, sobre todo, de esfuerzo: estamos hablando, lógicamente, del popular rodillo.

Al contrario de lo que pudiera parecer, la utilización de esta herramienta no es tan sencilla como algunos creen, y requiere del conocimiento de unas técnicas básicas de empleo si no queremos dejar el suelo de nuestras habitaciones como el rosario de la aurora.

En este sentido, existen rodillos en una gran variedad de anchos, texturas y materiales. Los de gomaespuma y mohair son los más adecuados para cubrir grandes áreas lisas, mientras que los de lana de oveja o sintéticos son ideales para aplicar pintura sobre superficies rugosas.

Forma de uso
Lo primero que debes hacer es llenar una bandeja con la pintura. Previamente, deberás asegurarte de que dicho utensilio está limpio y seco, y a continuación, mezclar la pintura plástica con agua, ya que se trata de un material muy soluble, o con esmalte. Después, deberás cargar el rodillo. Para ello, una y otra vez sobre la parte inclinada de la bandeja, hasta que quede totalmente cubierto de pintura y a la vez suficientemente escurrido.

Aplicar la pintura es realmente sencillo. Pasa el rodillo arriba y abajo, y de un lado a otro en todas direcciones, para extender la pintura uniformemente en la pared. Procura que el rodillo no resbale sobre la superficie para que la capa de pintura sea consistente. Cada vez que tengas que cargar el rodillo de pintura, retíralo en uno de los movimientos hacia arriba y vuelve a pasarlo por los bordes adyacentes al espacio que ya hayas pintado, para que la pintura quede totalmente fundida y no queden marcas.

Pintura texturada
Si deseas lograr efectos de textura en la pared, existen rodillos de gomaespuma recortada y pinturas de textura construidos específicamente para este fin.

La pintura con textura, que suele ser de color blanca, debe ser aplicada sobre la pared en franjas solapadas para conseguir el efecto de textura deseado. Si lo deseas, también podrás añadir textura encima de una capa de pintura plástica seca, añadiéndole además algo más de color, aunque esta técnica requiere de una cierta destreza que sólo adquirirás con el paso del tiempo.