La leche frita es uno de esos postres de toda la vida cuya receta pasa de generación en generación y al que no hace falta cambiar nada, ni añadir, ni modernizar, porque así, tan humilde como es, resulta delicioso. Y aunque como todo, puedes disfrutarlo en cualquier época del año, es durante la época de Carnaval, de Cuaresma y Semana Santa cuando la leche frita cobra más protagonismo. Su origen es algo incierto aunque todo apunta a que procede de zonas castellanas de Palencia y Valladolid aunque también hay quien dice que su origen está en el País Vasco. Sus ingredientes básicos son harina, azúcar, huevo, leche y canela, de los que resulta una suave masa que, una vez reposada, se fríe en aceite. Un postre sencillo, humilde y sobre todo delicioso.
- 0.75 l de Leche + 1 vaso
- 1 unidad de Piel de naranja
- 1 unidad de Piel de limón
- 1 unidad de Canela en rama
- 80 g de Harina de maíz
- 100 g de Azúcar blanca
- 2 ud de Huevo
- Harina
- Azúcar blanca para espolvorear
- Aceite de oliva virgen
-
1.
Echa la leche en un cazo y ponla al fuego con la piel de naranja y la de limón y la rama de canela.
-
2.
Calienta sin que llegue a hervir para que se infusione la leche con los aromas.
-
3.
Disuelve la harina de maíz en el vaso de leche fría.
-
4.
Retira las pieles y la canela de la leche caliente y añade la mezcla de maizena.
-
5.
Remueve con varilla hasta que la mezcla vaya espesando.
-
6.
Forra una bandeja de cristal con papel film, vuelca la mezcla y tapa con papel film para que no se forme costra.
-
7.
Cuando haya perdido temperatura, mete 4 horas en la nevera para que se enfríe y termine de adquirir la consistencia adecuada.
-
8.
Bate los dos huevos y pon harina en un plato.
-
9.
Saca la masa de la nevera y corta en cuadraditos.
-
10.
Calienta aceite en una sartén, pasa los cuadraditos por harina y huevo batido y ve friéndolos para que se doren por todos lados.
-
11.
Deposítalos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
-
12.
Espolvorea con azúcar ¡y ya tienes tu leche frita lista para comer!