Crujientes, con un picor ligero y un toque fresco, sobre todo en ensaladas, en esta ocasión vamos a convertir unos rabanitos en una refrescante sopa fría. Le ponemos también nata y leche. Es un producto, sobre todo, de primavera y de verano aunque se cultiva en invernaderos y lo tenemos disponible durante todo el año. Se toman especialmente en fresco, aunque también puedes saltearlos o, como en este caso, incorporarlos en sopas o cremas.
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1.
Retira los tallos y las raíces a los rabanitos, lávalos y sécalos.
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2.
Reserva unos cuantos para el final y pela y corta los demás en dados pequeños.
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3.
Incorpora 200 ml de nata en un cazo, ponla al fuego y lleva a ebullición.
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4.
Añade los rabanitos picados, sazona con sal, cubre con la leche y cuece durante 15 minutos a fuego bajo.
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5.
Retira del fuego, tritura en un robot de cocina, pasa por el chino y mete durante 30 minutos a la nevera.
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6.
Corta en rodajas los rabanitos reservados y semi monta el resto de la nata.
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7.
Sirve la crema en boles, copas o vasos y decora con las rodajas de rabanitos, la nata semi montada y un poco de perifollo.
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