Con un delicioso sabor a mar, nos encontramos con este plato tan típico de la cocina italiana de grandes beneficios para la salud gracias, principalmente, a tres ingredientes: las sardinas, el calabacín y el aceite de oliva. Nosotros le añadimos un poco de queso de Arzúa desmenuzado, pero en realidad, puedes utilizar cualquiera.
- 375 g de Harina
- 20 g de Levadura de panadería
- 4 ud de Sardinas en conserva
- 400 g de Tomate frito
- 1 ud de Cebolletas
- 25 g de Aceitunas negras
- 25 g de Alcaparras
- 50 g de Queso de Arzúa
- 1 ud de Calabacín pequeño
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
- Tomillo
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1.
Precalentamos el horno a 190 ºC.
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2.
En un cuenco, mezclamos la harina con la levadura diluida en un poco de agua caliente y sal. Rociamos con un par de cucharadas de aceite de oliva y volvemos a mezclar. Sacamos del cuenco y amasamos, sobre una superficie enharinada, formando una bola. Dejamos que la masa reposa unos minutos.
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3.
Estiramos con el rodillo hasta formar una circunferencia de unos 30 cm de diámetro.
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4.
Repartimos por la superficie la mitad del tomate frito y horneamos durante unos 10 minutos.
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5.
Mientras, cortamos la cebolleta en juliana y la pochamos con un poco de aceite. El calabacín lo cortamos en finas rodajas. Retiramos la pizza del horno, le añadimos la cebolleta pochada, el calabacín y le unimos el resto del tomate frito, las sardinas abiertas y limpias, el queso de Arzúa desmenuzado, las aceitunas negras y las alcaparras.
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6.
Horneamos de nuevo unos 12 minutos.
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1.
Decoramos con unas ramitas de tomillo.
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