Aún queda algo más de un mes para la Navidad. Sin embargo, en los supermercados ya han aterrizado todo tipo de productos típicos: turrones, polvorones, mazapanes... ¡Complicado no sucumbir a la tentación! Sin embargo, lo aconsejable en realidad, es precisamente lo contrario, esto es, tratar cuidar un poco más nuetra alimentación durante estas semanas previas, en vista de los grandes festines gastornómicos que nos esperan. Pero, eso sí, hacerlo con cabeza y sentido común.
Y es que a veces, ese ‘tratar de cuidar nuestra alimentación' se traduce en el seguimiento de dietas demasiado extremas nada saludables. Se trata de las denominadas ‘dietas milagro’, cuyo principal riesgo consiste en su carencia de proteínas, vitaminas y minerales y que, por lo general, desencadenan el llamado efecto rebote; con estas dietas sólo se consigue perder agua que posteriormente se recupera en forma de grasa. ¿Cómo saber que estamos frente a una de estas dietas?Éstas son algunas claves:
-Suelen ser rápidas, fáciles y con nombres pintorescos.
-Las suelen prescribir personas que no son profesionales médicos.
-Presuponen que los alimentos cambian los procesos bioquímicos y suelen prohibir o fomentar ciertos grupos de alimentos.
-Suelen recomendar el uso de pastillas o infusiones tipo diuréticos. Es importante huir de ellos sin supervisión médica puesto que pueden provocar la aparición de efectos secundarios; si se administran de forma continuada y sin control pueden producir un desequilibrio asociado a pérdidas importantes de sodio, potasio y agua; deshidratación, debilidad, cansancio, insomnio, cambios de humor y de la conducta, taquicardias, etc.
-Algunos ejemplos de este tipo de dietas son: la dieta del pomelo; las del sirope de sabia; la sopa 'quemagrasa'... Dietas que muchas veces se copian porque leemos en las publicaciones que algunas celebrities han logrados éxitos haciéndolas. ¡Nada más lejos de la realidad!
En resumen, todas aquellas dietas que nos aseguren pérdidas de más de cinco kilos por mes, de manera sencilla y sin esfuerzo son dietas que nos llevarán a un efecto rebote y a poner en riesgo nuestra salud. Y es que nunca está de más recordar que una dieta ha de estar pautada por un especialista y adecuada a las necesidades individuales de cada persona, teniendo en cuenta su metabolismo, su estado de salud y sus hábitos alimenticios para elaborar así un plan de cara a perder peso sin poner en peligro la salud.