Operación 'detox': diez pistas para recuperar la línea tras las vacaciones de verano

La doctora Antonia Barahona, experta en nutrición, nos da algunas claves y consejos prácticos

Por hola.com

Regresamos de las vacaciones con la sensación de haber disfrutado mucho y, reconozcámoslo, haber controlado poco con las comidas y bebidas. Uno de los grandes retos de este mes es el de ponerle remedio cuanto antes a los excesos cometidos durante el verano. Por eso éste se ha convertido en uno de los propósitos más habituales de la ‘vuelta al cole’.

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Para ponértelo un poquito más fácil, hoy se asoma a nuestra web la doctora Antonia Barahona (nutricionista de los supermercados 'Plusfresc'). Si estás intentando cuidar de nuevo tu alimentación, que ésta sea más saludable, y ’deshacerte’ del peso ganado durante las vacaciones, no te pierdas sus consejos y recomendaciones:

ORGANIZA Y PLANIFICA
El orden es bueno en casi todo y ésta no es la excepción. Seguir en lo posible un horario y tener planificadas las comidas te vendrá bien y te sacará de muchos “y ahora qué preparo”. Si planificas el menú para toda la semana, la lista de la compra la harás casi de manera automática, ahorrarás tiempo en y tendrás justo lo que necesitas para comer de manera saludable.

ELIGE ALIMENTOS DE TEMPORADA
La variedad en el consumo de alimentos es un requisito básico para toda dieta saludable. Hay que aprender a colocar cada alimento en el lugar que le corresponde dentro de la dieta. El organismo asimila mejor los alimentos que consumimos en su temporada de cosecha ya que están en su punto óptimo. Además, es más fácil encontrarlos frescos y, por eso, son más sabrosos a la vez que económicos. Ir cambiando el menú dependiendo de qué productos son los de cada temporada te ayudará también a romper con la monotonía en la mesa y añadir colores estacionales en tus platos. Estas semanas encontrarás fruta carnosa y energética como los melocotones y la uva. Las setas (que hace aparición con la llegada del otoño) tienen pocas calorías, una sugerencia con la que preparar suculentos revueltos. También funcionan muy bien como guarnición.

SÍRVETE DE LA PROXIMIDAD
No es cuestión de moda: los alimentos cultivados, producidos o elaborados por profesionales artesanos que saben lo que hacen y para quienes lo hacen, que trabajan con el mismo mimo como si se tratase de alimentos para ellos mismos o sus familias, son siempre una elección preferente. Estos productos llevarán el mínimo de pesticidas, herbicidas, productos químicos y aditivos. Por eso el organismo podrá eliminarlos mejor de forma natural. Verduras del huerto directas al plato, pollos y huevos de corral o carnes ecológicas como la ternera del Pirineo son algunas de las opciones.

CONSUME ALIMENTOS QUE TE HAGAN SENTIR BIEN
No hay nada mejor que comer lo que a uno le apetece 'porque el cuerpo me lo pide'. Si aprendemos a escuchar a nuestro organismo y elegimos los alimentos que necesita en cada momento, tomándolos, claro está, de forma equilibrada y moderada, logramenos sentirnos mejor. Un puñado de frutos secos, un trocito de chocolate, una pieza de fruta fresca o una taza de leche aportarán esa dosis de nutrientes que nos sientan tan bien y, lo más importante, que nos hacen sentir bien. Nuestro organismo los recibirá con los brazos abiertos.

DESAYUNA SIEMPRE
Un consejo que conocemos bien pero que no siempre seguimos: desayunar siempre. El organismo necesita energía constantemente pero, sobre todo, la necesita en la franja horaria de más actividad. Por lo tanto, si queremos sentirnos bien, cuidémonos al levantarnos. En pocos minutos podemos prepararnos, por ejemplo, un batido con frutas frescas, lácteos y cereales o frutos secos, una buena ración de energía a primera hora que nuestro organismo agradecerá. Nos sentiremos bien física y mentalmente para afrontar cualquier reto que nos plantee la jornada. Si a media mañana puedes tomar alguna pieza de fruta o un par de galletas serán el complemento perfecto para llegar al almuerzo sin pasar hambre.

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APRENDE A ALIGERAR LOS PLATOS
Combina distintos alimentos en un solo plato para reducir la cantidad total de calorías sin renunciar a comer de todo. Menos calorías equivalen a mejores digestiones, mejor descanso y mayor actividad vital. Prepara energéticos batidos de frutas frescas con leche desnatada y cereales integrales. Aliña las ensaladas con vinagretas evitando así las salsas. Prepara platos de pescado con verduras al vapor o papillote, cocina las carnes con hierbas y especias a la plancha acompañadas de verduras en tempura. O escoge el marisco que más te guste y, si es posible, pide que te lo hiervan en el propio supermercado para que conserve las mismas propiedades y frescura que cuando lo compras.

LIMITA LOS ALIMENTOS POCO SALUDABLES
“Uno al año no hace daño”, reza la expresión. De dos en dos las cosas aún funcionan pero tres… tres ya son multitud. Por eso elige bien y equilibra mejor las comidas. Come de todo pero seleccionando lo que te sentará mejor y cómelo en cantidades mesuradas. Entre horas procura tener a mano alimentos frescos y naturales para conseguir que te alimenten además de saciarte. Palitos de pan integral, una fruta, un yogur, frutos secos... mejor que snacks, fritos o embutidos.

EL PALADAR MÁS INTERNACIONAL
Aprende nuevas recetas, prueba alimentos que no conoces o dale toques exóticos a tus platos de siempre. Harás las comidas menos monótonas, repetitivas y sorprenderás con nuevos sabores. Un arroz con especias, una carne a la plancha con salsa de soja, unas fajitas de pollo y verduras, garbanzos convertidos en humus... Te sorprenderá lo que puedes aprender de otras culturas en alimentación sana.

PARA BEBER: AGUA
Para que el organismo funcione correctamente debemos realizar diariamente un buen aporte de agua ya sea a través de la que bebemos o de la que nos aportan los alimentos que ingerimos. Para refrescarse y tonificar, nada mejor que el agua con zumo de limón exprimido, infusiones con menta, hierbabuena, flores de manzanilla o té. No necesitas sustancias excitantes, ni azúcares, ni aditivos ni alcohol, aunque los encontraremos en otras bebidas que podremos tomar ocasionalmente, de forma responsable y moderada.

DÉJATE ACONSEJAR POR LOS ‘COCINILLAS’ DE LA FAMILIA
Escoger el menú, elegir los alimentos en el supermercado, pedir consejo sobre cómo preparar algo que no conocemos o no hemos cocinado nunca… las madres han sido, históricamente, las grandes cocineras de la casa. Pero hoy en día podemos dejarnos guiar también por otros miembros de la familia aficionados a la gastronomía que consiguen innovar en la cocina y superar incluso la receta secreta del ‘plato estrella’ de la abuela. Aceptar nuevas ideas y visiones nos estimulará al cambio, nos sacará de la rutina y lo más importante, nos convertirá en los verdaderos artífices de nuestra alimentación con lo que conseguiremos el control de nuestra salud.