Con el mes de julio recién empezado, el melón se postula como una de las frutas más sabrosas y saludables del momento. Aunque su temporada comienza en mayo y acaba en septiembre —se pueden encontrar durante todo el año a precios desorbitados—, es desde julio cuando está más rico, más ‘disfrutable’. Y eso es decir mucho, pero no todo, porque además el melón es una fuente inagotable de vitaminas y antioxidantes que potencian las defensas. Un dato a tener en cuenta: 100 gramos de melón proporcionan más de la mitad de la vitamina C recomendada al día; pero también contiene vitamina A y K.
Está claro que su buena fama responde a una realidad. Pero esa realidad va mucho más allá de las vitaminas, porque el melón, además, tiene un altísimo contenido de agua —90%—. Esto lo convierte en un fantástico diurético que ayuda a evitar la retención de líquidos. Y que contribuye a mantenerse hidratado durante el verano.
Pero aún hay más, porque aporta fibra, potasio, calcio, ácido fólico y zinc. Todas estas estupendas propiedades lo convierten en una fruta muy recomendable para la salud. Por ejemplo, para los diabéticos, porque es de las frutas que menos azúcar contiene; o para los pacientes de reuma, gota y patologías renales.
Ya tenemos claro que hay que tomar melón. El siguiente paso es saber elegirlo. Cuando tengas delante una buena ‘ristra’ de piezas y no sepas con cuál quedarte, fíjate bien en que no tenga manchas, cortes o golpes en la cáscara. También es importante que tenga un olor dulce y notorio —nos indicará que está en su punto de maduración—. Y llévate el más pesado, porque generalmente los de cáscara gruesa tienen mejor sabor.
Ten cuidado de no escoger uno demasiado maduro. Lo sabrás si cede por la base a la presión de los dedos. También si al agitar y acercar el melón al oído se oye el ruido de las semillas y el jugo interior. En ese caso, no lo dudes, descártalo y busca otro.
Ya tienes en casa el mejor melón del mercado. Ahora tienes que saber cómo conservarlo. No te preocupes, como ya sabrás, no es materia difícil. Aún estando cerrado, guárdalo en el frigorífico para que dure un par de semanas. Y cuando lo hayas abierto, envuélvelo con un film transparente, ya que desprenden un olor muy fuerte y absorben fácilmente los demás sabores. Una segunda opción es guardarlo en un recipiente cerrado.
De este modo te durará varios días ‘en plena forma’. Para conservarlo en buenas condiciones es importante el grado de humedad del cajón. Por eso te recomendamos el frigorífico con tecnología HydroFresh de Bosch ya que mantiene todas las propiedades de las frutas y verduras hasta el doble de tiempo. Podrás disfrutar del melón y su frescura en los cálidos días de verano hasta dos veces más que en un cajón convencional.
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