Corría el año 2013 cuando MasterChef Junior encendía los fogones de TVE. Después de una exitosa versión adulta, la cadena pública apostaba por endulzar las navidades con una entrega infantil, consiguiendo enamorar a millones de espectadores. Así, Juan, Esther, Ana Luna quedaron finalistas en una edición en la que Mario se proclamaba como el primer ganador infantil de la historia del talent culinario.
Este pequeño riojano conquistaba al jurado no solo por su carisma y su saber hacer sino también por el menú que elaboba: cocochas de bacalao al pil-pil con berberechos, sofrito de cebolla, con ajo y guindilla porque era algo que a su madre y a su abuela les gustaba hacerlo en días especiales y ese día lo era.
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Técnicas de vanguardia, retos con animales vivos, bingos con sorteos de alimentos... Masterchef siempre sorprende a los más pequeños en cada programa. De hecho, todos los años, hay una prueba en plató en la que los aspirantes y el jurado acaban pringados hasta las pestañas.
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En la primera temporada fue la Guerra de la Nata, después montaron una Tomatina, una chocolatada de 2.000 litros y ¡hasta una batalla de tartas! ¿Qué nos deparará la octava temporada?
Juan Antonio participaba en la quinta edición del programa cuando se ganaba el cariño de toda la audiencia. En una de las pruebas, su sorpresa fue mayúscula al descubrir que uno de sus ingredientes, la anguila, estaba vivita y coleando. El pequeño de 10 años empezaba a gritar para asombro de sus compañeros y entre risas del jurado. "¡Que la mate alguien!", lanzaba nervioso el participante. "Se ha movido, yo no me acerco. ¡Uy, qué locura!", revelaba.
Tras varios momentos de tensión, el pequeño, no muy convencido cumplía su cometido gracias a las palabras de Samantha Vallejo-Nágera, pero su sensatez llegaba hasta el final: Yo creo que en la pescadería te la dan muerta, ¿no?".
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El momento que pasaba Juan Antonio con la anguila no era el único que dejaba para el recuerdo el pequeño. El murciano se reía de una compañera tras una mala valoración y Jordi Cruz no dudaba en regañarle para que no lo volviera hacer. Entonces, otra de las participantes le decía varias veces: "La has estropeado, la has estropeado, macho", unas palabras que el concursante no soportaba. "Puedes dejar de decirlo, por favor. Ha llegado un nivel de pesadez que no puedo más. Te doy las gracias por dejarme en vergüenza delante de cuatro millones de espectadores. ¡Ay por Dios, ay por Dios!", contestaba a la vez que pedía perdón a Nuria, la compañera de la que se había reído.
Aunque cada año hay algún niño o niña que conquista el corazón de los seguidores, en la tercera edición, además de Juan Antonio, Cova se ganaba el cariño de los millones de espectadores que siguen el programa. La naturalidad, el carisma y la cercanía de la pequeña lograba que sus frases se convirtieran en memes y los seguidores aplaudieran su fichaje. Rió, lloró, se quemó, cocinó, cantó, ¡hizo de todo!
Uno de sus mejores momentos? Cuando le preguntaba al padre de uno de sus compañeros, un señor calvo, que "hasta dónde se lavaba la cara". Fue la reina de las cocinas y, para gran parte de la audiencia, la ganadora moral de MasterChef Junior 3. ¡Hasta tenía un club de fans: los Covadonguers!
En la sexta edición de MasterChef Junior, Eva González pasaba uno de sus peores momentos en la historia de todas las ediciones. Aunque normalmente cogía cariño a todos por igual, ese año la presentadora tenía un ojito derecho: Noa. Tras varios programas, la pequeña era eliminada junto a Remei, Rodrigo y Carlos, una decisión que Eva sentía mucho. "Me da pena por mí y mis compañeros. Pero es justo que me vaya porque hay niños que cocinan mejor que yo", aseguraba la pequeña entre lágrimas.
Esta preciosa niña malagueña conseguía que la también modelo le dedicara unas palabras en un mensaje que compartía con sus seguidores. "Aquí con mi princesita Noa! Habéis visto el programa? Os ha gustado? El miércoles más!!! Mil gracias a todos!!!", escribía junto a una imagen de ambas abrazándose.
Noa, que fue la preferida de Eva González, se las prometía muy felices elaborando su original arroz con verduras con insectos, al que bautizaba como 'Bosque de los insectos'. Cuando el reloj marcaba ya el último minuto de la prueba, la pequeña se dedicaba a poner el toque de color al plato con un líquido denso y de un llamativo verde que despertaba las alarmas de la aspirante que cocinaba a su derecha. "¡Noa, eso es detergente!", le decía su compañera.
Su cara era un poema pensando que se trataba de sirope de pimiento verde, por lo que había cogido el bote confiadísima y había estado a punto de causarles una buena indigestión a los jueces. ¡Menos mal que se dio cuenta!
Jaime, aspirante de la sexta edición, aseguraba que tenía una vocecita en su interior que le ayudaba y le aconsejaba a la hora de tomar buenas decisiones: "Jimmy es mi vocecita que me dice cosas", explicaba al jurado tras presentar su plato. "¿Como la voz de tu consciencia?", preguntaba Jordi Cruz, a lo que el pequeño afirmaba con la cabeza. Y mientras ellos probaban su elaboración, el pequeño aprovechaba y pedía a las cámaras un deseo doble: "A ver si Jimmy y yo nos ganamos un viajecito a Los Ángeles".
Dani tenía 12 años cuando participó en MasterChef Junior. Proveniente de Torrejón de la Calzada (Madrid), como amante de la cocina cumplía uno de sus sueños: participar en el talent culinario de Televisión Española. A través de sus redes sociales, el madrileño quiso dar un lección de superación personal al revelar que padeció cáncer. "Los niños enfermamos, nos curamos y pasamos momentos que nos ayudan a ser más fuertes y luchar por nuestros sueños", escribía junto a una imagen en la que aparecía en una camilla cogiendo la mano de su madre. Precisamente el apoyo de su familia era una de las cosas que el joven quiso destacar: "De la mano de mi familia y mi madre (la mejor) nada podía salir mal y la vida es fácil. Gracias por preguntarme y preocupaos. ¡Estoy genia! Gracias mamá ❤️ Gracias Masterchef ❤️".
La última edición de MasterCher Junior presentaba a uno de los aspirantes que todo el mundo podrá recordar durante años. Muy sincero, el pequeño Albert confesaba en plena grabación, y delante del jurado, que él se quería ir en el tercer programa porque "MasterChef aburre un poquito. No solo verlo, también hacerlo". Unas palabras que hacían reír a carcajadas a los jueces y al equipo entero.
Pero no solo eso, además de tener una relación muy especial con Jordi Cruz, del que decía que tenía "pelazo", el catalán se declaraba fan de Cine de barrio y asegura que tenía "varias novias", aunque no había conocido "el amor verdadero". Hasta Rafa Nadal se quedaba alucinado con sus respuesta cuando le decía que el deporte era importante: "Yo soy más de la tecnología", comentaba el pequeño.
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