Afortunadamente, cada vez está más desmitificada la idea de que para perder peso tenemos que pasarnos el día contando calorías. Es una estrategia totalmente errónea dado que, como os hemos contado muchas veces, existen algunos alimentos perfectamente saludables y aptos para una dieta de adelgazamiento, a pesar contar con un elevado aporte calórico (aguacate, aceite de oliva, nueces...). Y es que, ¿quién puede estar, de forma sostenida en el tiempo, a lechuga y pescado hervido?... De ahí la importancia que los nutricionistas conceden al concepto de saciedad a la hora de diseñar una pauta de alimentación.
Así pues, será fundamental incluir en nuestros menús alimentos sanos capaces de ayudarnos a controlar el apetito (que nos permitan no tener de nuevo hambre al de media hora de haber comido). En este sentido influyen más factores de los que en principio podemos imaginar: hay nutrientes ligados a la saciedad, como la fibra o la proteína, pero también existen otras cuestiones que también influyen, y que no figuran en las etiquetas: el tiempo de masticación de un alimento, su textura, el tiempo que estará en nuestro estómago, incluso el peso del propio alimento… A continuación os mostramos algunos ejemplos de esos grandes ‘amigos’ del carrito de la compra que te ayudarán a saciarte de forma saludable (¡y, por supuesto, sabrosa!)
PATATA COCIDA Y OTROS TUBÉRCULOS
Otro de esos mitos que, por fortuna, cada vez están menos extendidos: ‘la patata engorda no puede formar parte de una dieta de pérdida de peso’ ¡Error! Lo que ocurre con este tubérculo es que todo depende de la manera que se cocine. Es cierto que si cocinamos las patatas, por ejemplo, fritas, son una bomba calórica. Sin embargo, cocidas son un grandísimo aliado: por un lado, su aporte graso es bajo pero, por otro, nos sacian mucho. Además hay infinidad de maneras de incluirlas en nuestras comidas o cenas. Ahora con el calor, resulta ideales como ingrediente para las ensaladas más variadas. Al igual que la patata son también muy saciantes algunos de sus primos hemanos como el boniato, la yuca… ¡tenlo en cuenta!
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CEREALES INTEGRALES
Como decíamos antes, si hay un nutriente ligado estrechamente al concepto de saciedad ése es la fibra. En este terreno, los cereales en su versión integral tienen ‘mucho que decir’. Cuando, hace unos meses os contábamos los motivos por los que es mucho más interesante tomar productos como el arroz, la avena, el pan, la pasta… en formato integral, una de las razones era precisamente ésa: su alto contenido en fibra, capaz de prolongar la sensación de estar llenos por mucho más tiempo si lo comparamos con las versiones refinadas de estos mismos alimentos.
FRUTOS SECOS
También hemos hecho referencia en muchas ocasiones a la magnífica idea que supone incluir los frutos secos en la dieta (siempre crudos o tostados; ni fritos ni salados). Uno de esos ejemplos perfectos sobre cómo un alimentos con alto índice calórico se convierte en un gran ‘socio’ a la hora de cuidar la salud –son una magnífica fuente de ácidos grasos ‘buenos’, relacionados con la prevención de enfermedades cardiovasculares- y la línea. Seguro que lo has comprobado más de una vez –y si no, ¡prueba!: es media mañana o media tarde, el gusanillo empieza a apretar el estómago. Tomas un puñadito de frutos secos y el ‘monstruo’ del hambre queda apaciguado por un buen rato…
LEGUMBRES
Además de la mencionada fibra, las legumbres son una fuente excelente de proteína (en este caso de origen vegetal), otro de los nutrientes vinculados directamente con la saciedad. Así pues, no dudes en incluir garbanzos, lentejas, alubias… en tus menús. Al igual que la patata cocida a la que hacíamos antes alusión, las legumbres son perfectas como ingrediente para las ensaladas de verano, también para cremas y purés vegetales como el delicioso hummus.
EN EL DESAYUNO, NO TE OLVIDES DE ‘LAS PROTES’
Dado que la inclusión de proteínas en nuestras ingestas nos ayuda a estar más saciados… ¿por qué muchas veces no nos acordarmos también de ellas en el desayuno? Una magnífica manera de sumar a nuestra primera comida del día un buen chute de proteínas es, por ejemplo, incluir en ella el huevo. Por ejemplo, sobre una tostada de pan integral (llena de fibra, por tanto, igualmente saciante) conseguiras que tu hambre tarde mucho más en aparecer.
VERDURA Y FRUTA, ¡SIEMPRE!
Que en nuestras comidas haya gran presencia de verduras y frutas es una recomendación que siempre va a ser buena. En este caso estos alimentos son también buena fuente de fibra, de modo que bien combinados con otros alimentos proteicos, pueden hacer que tu sensación de saciedad sea mayor. Por cierto, hablando de la fruta, otro consejo que no nos cansamos de repetir y muy ligado también con esas sensación de estar llenos; muchísimo mejor entera que en zumos o batidos. ¿Cómo te sientes más saciado, comiendo una naranja, o bebiéndote su zumo? ¡Pues eso!
LA BOLLERÍA, EN EL POLO OPUESTO
Sí, desgraciadamente, tenemos malas noticias en relación a dulces, pasteles, chocolatinas… Normalmente están exentos de fibra y de proteína, por lo que no nos ayudan a saciarnos. Mientras que, por otro lado, muchas tienen un alto contenido en azúcares, grasas que no nos interesan a nivel salud... Así que lo mejor: dejar estas opciones para momentos esporádicos, a modo de capricho ocasional.