Seguir los pasos profesionales de nuestros progenitores es algo muy común, también en la cocina. Muchos restaurantes familiares van dejando el testigo a las generaciones venideras. Y cocineros famosos ven como sus hijos se enamoran del oficio, a pesar de la dedicación que a veces supone restarles tiempo. Karlos Arguiñano es todo un ejemplo para su hijo Joseba, Juan Mari Arzak asiste orgulloso al éxito de Elena, como le ocurre también a Pedro Morán o a Paco Torreblanca. Con estos ejemplos tan influyentes en casa, no es de extrañar que los hijos (al menos alguno) intenten emular la maestría de sus padres. Para celebrar este Día del Padre hemos querido saber cómo es la relación de estos cocineros, padres e hijos, que comparten oficio, pasiones, sueños y le ponen ¡sabor a la vida!
PEDRO Y MARCOS MORÁN. CASA GERARDO
Pedro Morán y su hijo, Marcos, sujetan con fuerza un gran testigo. El del Restaurante Casa Gerardo que abrió sus puertas en 1882 en Prendes y se ha convertido en el referente de la cocina asturiana de tradición más vanguardista. Marcos adivierte que cada vez se parece más a su padre, en pequeños y grandes gestos, en frases que ya se ha apropiado como "esta mentira no ye verdad". En dos palabras, le define como "leal y perfeccionista", un cocinero admirado por toda la profesión que siempre ha creído en el talento de Marcos. Y le ha dejado volar. Pedro se emociona al recordar que el día que Marcos decidió meterse en la cocina fue uno de los más felices de su vida. Y desde entonces son "un cocinero con dos cabezas y cuatro brazos". Destaca de su hijo la gran memoria gustativa, "algo genético que ya tenía su bisabuelo", la capacidad de reacción... y la ilusión que tiene después de 20 años de oficio, algo fundamental para seguir dando vida a esta casa de más de 130 años. También le enorgullece el amor que siente por su hijo Tomás, su nieto, y ver cómo Marcos además de ser un buen hijo... es también un padrazo.
Casa Gerardo. Carretera AS-19, km. 9. Prendes (Asturias)
JOAN Y MARC ROCA. EL CELLER DE CAN ROCA
El mejor restaurante de España y entre los más top del mundo, El Celler de Can Roca tiene un claro relevo. En la última edición de MasterChef pudimos ver a Joan Roca y a su hijo Marc preparando mano a mano dos recetas impecables. El padre presentó pulpitos a la gallega y el hijo sorprendió con unos macarrones de navaja. Pero Marc no es el único de los hijos de la familia que se pone la chaquetilla. Martí, hijo de Josep Roca, jefe de sala y bodega del Celler, también lleva tiempo metido en alguna de las distintas cocinas que gestionan los Roca. Ambos han llegado de manera natural al negocio, casi como un juego, pero trabajando de manera muy seria y "cuadrándose ante Joan, porque impone mucho", señalan. Juntos, los primos, se encargaron de conseguir las recetas de su abuela Montserrat Fontané y de cocinarlas para el libro Cocina Madre, de Planeta Gastro. Los jóvenes no pueden tener mejor escuela para aprender el oficio pero, ¿seguirán la saga en el Celler o crearán su propio proyecto profesional? El tiempo lo dirá.
El Celler de Can Roca. Can Sunyer, 48. Girona
KARLOS Y JOSEBA ARGUIÑANO. RESTAURANTE KARLOS ARGUIÑANO
Nuestro cocinero más televisivo, Karlos Arguiñano, no puede estar más feliz al cocinar con su hijo pequeño, Joseba, delante de las cámaras. El cocinero vasco es padre de siete hijos y salvo dos (Karlos y Amaia), el resto siguen sus pasos en la cocina y gestionan el hotel restaurante de Zarautz. Joseba es repostero y apasionado surfista. Se formó en la escuela de su padre y tras viajar a Australia, regresó para seguir formándose con el maestro Escribá con el que se enamoró del chocolate. Joseba se encarga de preparar platos dulces en el programa de su padre, y fuera de la cocina, juntos comparten otras aficiones, como la pesca y su pasión por el mar. ¿Lo mejor de tu padre? "El aita es cariñoso, nunca se enfada y siempre te dice lo bueno. De lo malo... de eso ya te das cuenta tú solito".
Restaurante Karlos Arguiñano. Calle Mendilauta, 13. Zarautz (Guipuzcoa)
JUAN MARI Y ELENA ARZAK. RESTAURANTE ARZAK
La relación entre Juan Mari y Elena Arzak, padre e hija, es ejemplar. La 'mejor cocinera del mundo' (galardón que consiguió en 2012) ha ido asumiendo el mando del restaurante que fundaron sus bisabuelos en 1897 y que su padre, el revolucionario de la 'nueva cocina vasca', dirigió hasta las tres estrellas, de las que no se ha bajado desde 1989. Elena recuerda cómo limpiaba chipirones desde bien pequeña, cuando su hermana Marta (que se dedica al arte) y ella echaban una mano en el restaurante familiar en verano. Y también visualiza a su padre "haciendo experimentos" en su famoso laboratorio gastronómico, un lugar lleno de creatividad e ingenio con un Banco de Sabores con miles de productos e ingredientes con los que investigar. Elena decidió formarse fuera de España, en Suiza, y trabajar en hoteles y restaurantes de otros países para distanciarse también de ese apellido que tanto pesa. Ya no hay duda de que ha dejado de ser "la hija de Arzak" para abanderar la cuarta generación de los Arzak por méritos propios y constatar que se parece mucho más de lo que piensa a su padre, que juntos forman una gran mezcla. ¿Habrá quinta generación? "No sé si mis hijos querrán dedicarse a esto, no puedo obligarles, y si lo hacen debe ser con pasión", adelanta la chef.
Restaurante Arzak. Avda. Alcalde Elósegui, 273. San Sebastián
JOSÉ LUIS Y SERGIO MARTÍNEZ. TABERNA Y MEDIA
Taberna y Media es el proyecto personal de José Luis Martínez, un curtido hostelero que ha comandado grandes caterings y restaurantes. Recuerda el momento en el que su hijo mayor, Sergio, apareció en la cocina con un gorro de cocinero más alto que él. No quería seguir estudiando, quería cocinar. Pasó de llamarme papá a José Luis. No quería que nadie supiera que era el hijo del jefe. Tras años de trabajo, formación y mucho empeño ha ido buscando su propio camino y después de pasar por Madrid y Miami, "hoy es el chef ejecutivo del hotel Nobu de Londres". No lo puede decir más orgulloso. A Sergio le ocurre lo mismo. Las palabras para alabar a su padre se quedan cortas. Le recuerda siempre cocinando para toda la familia "y enseñándome a hacer tulipas en la pastelería del restaurante". De su padre, Sergio ha copiado "la forma de liderar equipos, la motivación y la pasión por el trabajo, es incansable". Y su forma de cocinar, claro, siendo creativo, incorformista y eligiendo siempre lo mejor para sus clientes.
Taberna y Media. Lope de Rueda, 30. Madrid
ADOLFO MUÑOZ Y SUS HIJOS. RESTAURANTE ADOLFO
Toda la familia comparte el sueño de Adolfo Muñoz. El chef toledano ha visto como uno a uno, sus tres hijos, Adolfo, Javier y Verónica, han ido entrando en la hostelería, en su mundo (que arrancó junto a su mujer, Julita). Adolfo es toda una institución en la cocina manchega, desde su querida Toledo donde regenta un restaurante con su nombre en el centro histórico de la ciudad (con una cava bodega del siglo IX excepcional), desde hace 40 años. Allí, Verónica es ahora la directora del hotel-restaurante, ha heredado la simpatía y profesionalidad de su padre y se ha convertido en la gran anfitriona. En Madrid, Adolfo abrió el restaurante Palacio Cibeles, en la sexta planta del edificio Palacio de Correos, donde Javier lidera la cocina. Y el mayor, Adolfo, se encuentra feliz a pie de campo, en los viñedos (elaboran sus propios vinos) del Cigarral de Santa María y llevando "las cuentas". Verónica recuerda a su padre siempre con chaquetilla, "desde primera hora hasta la noche, no le incomoda, se nota que la apasiona su profesión", recalca. "Amo lo que hago, dice Adolfo, y eso lo transmito a mis hijos, por eso, que continúen mi labor no me puede hacer más feliz".
Restaurante-Hotel Adolfo. Hombre de Palo, 7. Toledo
Palacio de Cibeles. Pza. de Cibeles, 1. Sexta Planta. Madrid
PACO, JACOB Y SERGIO TORREBLANCA. PASTELERÍA TORREBLANCA
Si hay un nombre que represente la repostería en mayúsculas en España, ese es el de Paco Torreblanca. Todo un maestro que puede presumir (entre otros logros profesionales) de elaborar el Mejor Panettone fuera de Italia. Ha creado su propia escuela de la que salen los nuevos valores de la cocina dulce. Empezando por su hijo, Jacob, toda una autoridad (como su padre), con un palmarés de premios increíble. Pero ahí no queda todo. Ya hay una tercera generación, con la incorporación de su nieto, Sergio Torreblanca, sobrino de Jacob Torreblanca, que ha heredado la pasión por este apasionante mundo dulce. Tras haberse formado junto a ellos durante dos años en la escuela, viajó a Francia para seguir su formación en la prestigiosa pastelería de Vincent Guerlais en Nantes, donde se convirtió y especializó en maestro chocolatero. Actualmente es el responsable de la sección de Chocolatería en el obrador de pastelería familiar a la vez que ofrece formaciones en la escuela.
Pastelería Torreblanca. C/ Alt de Guisop, nº1. Elda (Alicante). Escuela Internacional de Pastelería Torreblanca. Carrer Alt de Guisop, 1. Petrer (Alicante).
JAVIER Y JAVIER COCHETEUX. PANADERÍA PAN.DELIRIO
Javier Cocheteux 'padre' llevaba muchos años haciendo "el mejor roscón de Reyes del universo" en el horno de su casa. Y ese momento era pura felicidad. Trabajar las masas era lo suyo. Y decidió dar un vuelco a su vida profesional, formarse en serio y convertirse, por fin, en panadero. A ese deseo arrollador se unió su hijo, Javier, que cambió el marketing y la publicidad por las harinas y masas. Juntos, los Cocheteux-De la Fuente crearon Pan.Delirio. ¿Quién de los dos está más loco? "Él, dicen al unísono señalando el uno al otro". Una locura compartida que está siendo un éxito total en poco menos de dos años de vida. Cada día elaboran hasta 14 tipos de panes diferentes, todos con harinas ecológicas certificadas, sin aditivos. ¿Y su último logro? Ganar el primer premio al Mejor Roscón de Reyes de Madrid en su última edición. A un paso ya de ser el mejor del mundo mundial. Ese es su 'delirio'.
Pan.Delirio. Juan Bravo, 21. Madrid