La comida del futuro será personalizada (o no será)

La Inteligencia Artificial se pone al servicio de cada uno para crear soluciones nutricionales adaptadas, prioriza la proteína vegetal por encima de la animal y crea nuevos productos siguiendo las tendencias gastronómicas actuales

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La empresa Cerealto Siro Foods, multinacional española de la industria alimentaria, presentaba hace menos de un mes su primer snack inteligente. Y lo hacía con la ayuda de una herramienta diseñada por IBM Services que analiza y anticipa los gustos de los consumidores de manera casi instantánea y global. Se llama I+Radar y funciona escuchando lo que se dice en las redes sociales públicas, los foros expertos, periódicos generalistas, revistas científicas y multitud de usuarios e influencers que, cada día, pasan horas navegando por Internet. Con los resultados obtenidos, además de las tendencias alimentarias que marcarán estos próximos años, han diseñado unas tortitas de arroz con guisantes y lentejas, disponibles ya en los supermercados de Reino Unido, que aseguran ser “nutricionalmente adecuadas para todas las edades, con un alto contenido en proteínas, con ingredientes naturales, apto para vegetarianos y celíacos y que puede consumirse en cualquier momento del día”. Una definición que se acerca (y mucho) a todo lo que llega pisando fuerte en 2019. Y es que la Inteligencia Artificial ya no es cosa del cine, también se sienta en nuestra mesa.

La Inteligencia Artificial al habla: ¿qué queremos comer?

Tras los muchos escándalos alimentarios que se han ido sucediendo en los últimos años, el consumidor está cada vez más sensibilizado con qué incluir o no en su dieta. Parece haberse convertido en una auténtica obsesión para las nuevas generaciones: comer más healthy; lo que se traduce en consumir productos con menos azúcares, sales, aditivos y grasas perjudiciales para el organismo, mientras que se busca aumentar el contenido de fibra y proteínas. Pero cuidado con las proteínas.

Las proteínas de origen animal no son bien vistas por unos jóvenes que se afanan en ser más respetuosos con el medio ambiente, que buscan una dieta mucho más sostenible y que tienen una creciente consciencia social. De ahí que los productos ecológicos y de comercio justo estén en auge. O esas carnes que, en realidad, no son carne. Como la recién introducida en nuestro país Beyong Burger, elaborada con carne obtenida en laboratorio o la Impossible Burger 2.0, comercializada en Estados Unidos, que aparece como la versión veggie de la tradicional hamburguesa que mira a esa tendencia #plantbased que ya copa las redes sociales.

Recetas para crear tus propias hamburguesas vegetarianas

 

#Plantbased, apuesta por lo vegetal

Esta tendencia con un crecimiento de casi el 20% en los últimos años aboga por consumir más vegetales, sea cual sea la dieta que sigues. Y habla de vegetales para incluir frutas, verduras y semillas, aprovechando la temporalidad de las cosechas y la proximidad de los cultivos. Los millenials, en esa ansia por llevarse a la boca el producto más saludable posible, han hecho de las redes sociales su medio favorito de difusión y las grandes empresas norteamericanas buscan cumplir con la demanda desarrollando productos que nos ayuden a incrementar la ingesta de proteínas de calidad, pero dando respuesta a esos vegetarianos, veganos o consumidores en general que quieren, a su vez, reducir las de origen animal.

Porque, al final, la proteína y su calidad es lo que más nos preocupa. Si hasta hace poco las vitaminas, el calcio, los productos sin gluten, sin lactosa o sin conservantes ni colorantes eran el punto central de investigación de muchas de las multinacionales, buscar fuentes alternativas de proteínas se está convirtiendo en el objetivo prioritario de casi todas ellas. Y no ya por esas tendencias que nos adelanta la Inteligencia Artificial, sino por una razón de sostenibilidad: alimentar a los 9 millones de personas que pueblan este mundo, ese será otro de los grandes retos. Así, todos los esfuerzos van dirigidos a encontrar productos con bases sostenibles en el tiempo, con garantías saludables y unos precios asequibles.

La dieta que se lleva en 2019 es la 'no-dieta'

Hinoman, una empresa especializada en tecnología en el mundo de la proteína vegetal, ha desarrollado varias patentes de una planta llena de proteínas y vitaminas, completamente natural, cultivada con una agricultura muy precisa, una huella ecológica cercana al cero y que han llamado Mankai: es la verdura más pequeña del mundo. Con tan solo 0,5 mm es muy conocida en el sudeste asiático y gigantes de la industria, como Ajinomoto Co, han invertido millones de dólares en adquirir los derechos de venta en países como Japón.

Una nutrición personalizada

Aprovechando toda esta Inteligencia Artificial, comienzan también a crearse opciones de dietas mucho más sanas, elegantes y personalizadas que las que hemos estado escuchando en las últimas décadas. Ha llegado la nutrigenómica. Así, mediante el estudio de las interacciones que se producen entre el genoma de una persona y los nutrientes que este ingiere, podemos obtener datos relevantes para mantener una salud perfecta de forma completamente individualizada. Se trata de crear unos hábitos y rutinas para cada persona, teniendo en cuenta sus necesidades específicas y basándose en marcadores biológicos y métricas personales. Mientras, el nutricionista ya se ha convertido en ese prescriptor que tiene la llave mágica, sustituyendo en la cocina al cocinero o chef tradicional, el test de ADN aparece como el mejor consejero y chivato de nuestro cuerpo.

¿Qué otras tendencias darán que hablar?

Además de la mundialmente declarada guerra al plástico, buscando el mínimo desperdicio y eliminando al máximo el packaging de los alimentos y productos en la cocina, otras muchas son las tendencias que se suman a las que ya os hemos adelantado. Entre ellas, la posibilidad de incluir (poco a poco) en nuestra dieta la ingesta de insectos, convirtiéndose en otra de las proteínas del futuro, la fiebre por el carbón activado, el aceite de coco o los alimentos probióticos (como el yogur o el kéfir). Y es que, la flora intestinal es una de las partes más castigadas de nuestro cuerpo y, ahora, nos preocupa mucho. De ahí la creciente demanda de los platos fermentados, como el kimchi, o de los prebióticos (fermentados naturales).

Aunque, si hay una tendencia que estará por encima de cualquier otra es lo que ha venido a llamarse alimentación consciente o mindful eating, que nos lleva a querer saber cómo se producen los alimentos que consumismos y el impacto que estos tienen en nuestro cuerpo. Así, el consumidor es cada vez más activo, atrevido y curioso. Quiere algo nuevo, pero sano. De ahí que la investigación de la industria quiera anticiparse en este sentido y ponga a la Inteligencia Artificial al servicio de las necesidades nutricionales de cada uno.