MasterChef: La triste despedida de Sofía a las puertas de la semifinal

La joven estudiante de Turismo no tuvo su mejor noche y, tras un plato fallido en la prueba de eliminación, se vio obligada a colgar el delantal. Todo ello en un programa especialmente emotivo (debido a la visitas de los familiares de los aspirantes) y muy marcado por la cocina de vanguardia.

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“Al final va a ser El Alcalde el único que se alegre de tu salida”, comentaban entre la broma y la pena unos emocionados jueces al final del programa emitido anoche. Hacía unos instantes Pepe Rodríguez había anunciado que Sofía era quien debía abandonar las cocinas de MasterChef. Y a pesar de que, tal y como se había desarrollado la prueba de eliminación, se trataba de un veredicto muy justo, lo cierto es que todos se mostraban realmente entristecidos por la expulsión.

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Si hace justo una semana era Víctor el que, de manera sorprendente, decía adiós al talent, ayer fue ‘la alcaldesa’ quien no tuvo su mejor noche, tal y como ella misma reconoció. Y eso que el programa no pudo arrancar mejor para ella: con la visita en plató de su padre, Manel.

Mucho se estaba haciendo esperar la ya tradicional visita de los familiares en MasterChef. Ésa que proporciona algunos de los momentos más emotivos y tiernos de cada edición: la mujer y el hijo pequeño de Toni; el padre de Daniel; el novio de Marta; la hija de Oxana; la madre de Ketty y, como decíamos, el padre de Sofía aparecían de manera inesperada, para sorpresa de los aspirantes. Y lo hacían, además, no solo para abrazar, besar, y dar ánimos a sus seres queridos, sino para cocinar justo a ellos.

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Tan juntos, que incluso… ¡debían permanecer esposados durante el cocinado! Su reto: replicar un magnífico plato (Ostra tibia escabechada con granizado de pepino y txakoli con espuma de manzana), creado por el prestigioso chef Martín Berasategui, presente también en el plató.

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Una misión harto complicada de la que, sin embargo, supieron salir más que airosas Ketty y su madre, Araceli. “Es un gran trabajo donde se muestra la gran complicidad que tenéis. ¡Viva Cuba!”, les elogiaba Pepe Rodríguez, divertido. “Estoy deshidratada de tanto llorar”, aseguraba Ketty después los momentos tan intensos vividos en esta primera prueba.

Para el desarrollo de la segunda, la de exteriores, el equipo hizo un viaje en el tiempo hasta el siglo XIV. Destino: la villa de Olite, en Navarra. Por encargo del rey Carlos III los concursantes debían cocinar un banquete en honor la esposa del monarca, la reina Leonor. Cuatro platos elaborados con productos y recetas típicamente navarras (espárragos, bacalao ajoarriero, pochas guisadas…) aunque, eso sí, dándoles un pequeña vuelta con técnicas culinarias propias del siglo XXI.

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Y quién mejor para ponerlas en práctica que Jordi Cruz y Pepe Rodríguez: por primera vez fueron los jueces quienes se encargaron de liderar y formar los equipos: el azul, con Cruz al mando, estuvo formado por Toni, Sofía y Oxana. Por su parte, para el equipo rojo Pepe contó con Dani, Marta y Ketty.

Era previsible que con tan ilustres capitanes el banquete fuera “todo un éxito”, según la opinión que los 30 comensales transmitieron a Samantha tras la degustación del menú. Sin embargo, no todos los aspirantes trabajaron al mismo nivel. De hecho, los jueces decidieron que, finalmente, solo dos de los concursantes debían salvarse. Y esos eran Marta y Daniel.

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El resto, es decir, Oxana, Sofía, Toni y Ketty se colgarían el delantal negro y se jugarían su permanencia en el programa en la última prueba.

Nunca lo de ‘jugarse’ adquirió un sentido tan literal… "¿Alquien sabe jugar al póker?", les preguntaba Pepe Rodríguez. Y añadía, “hoy vamos a jugar el Póker MasterChef’, lo que traducido se resumía de la siguiente manera: 10 ingredientes bajo la caja misteriosa con los que cocinar un plato libre de alta cocina de vanguardia, y la posibilidad de cambiar hasta 5 de ellos por otros ingredientes secretos, escondidos en otras mini-cajas.

Toni fue uno de los más arriesgados, cambiando la totalidad de ingredientes permitidos, y la jugada no pudo salirle mejor: el vanlenciano fue el autor del mejor plato de la prueba. Su ‘ceviche de rape tropical’ gustó mucho a los jueces.

Oxana y Ketty, por su parte, tuvieron una de cal y una de arena: algunos aspectos de sus respectivas recetas brillaron, mientras que otros fueron fallidos. Fue el plato de Sofía el que menos valoraciones positivas recibió (un rape demasiado hecho, exceso de grasa en el plato, escasez de uso de técnicas de vanguardia, inseguridad en el cocinado…). Así pues no fue extraño escuchar el nombre de la joven catalana como nueva expulsada del programa.

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“No ha sido mi día. No sé si ha sido la visita de mi padre, la salida de Víctor del programa... pero estoy bloqueda”, se lamentaba, triste por un lado, aunque muy feliz por todo lo conseguido en estas semanas pasadas. “Estoy súper orgullosa de haber llegado hasta aquí. MasterChef me ha ayudado mucho a creer en mí. Me llevo gente fantástica, confianza en misma, un cambio de pensamiento y la seguridad de que me quiero dedicar a esto”. Así lo contaba una emocionada Sofía, antes de despedirse de sus compañeros, convertidos ya todos ellos en semifinalistas de esta sexta edición de MasterChef.

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