MasterChef: La visita de Jorge Brazález, cocina con sobras, mucha estrategia y una nueva expulsión

El concurso vivió anoche su tercer ‘adiós’. En este caso fue Eva, la comercial afincada en Barcelona, quien se vió obligada a colgar el delantal después de elaborar dos platos “sin sentido” (según las palabras de los jueces) en la prueba de eliminación basada en la cocina de aprovechamiento

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“Me he puesto súper nerviosa, no sabía qué hacer”, comentaba Eva a sus compañeros segundos antes de que Pepe Rodríguez anunciara que era ella quien, finalmente, debía abandonar las cocinas de MasterChef. Así pues, no le pilló por sorpresa a esta comercial, llegada desde Barcelona, el veredicto. Durante la prueba de eliminación sufrió un bloqueo que le impidió concentrarse y ser resolutiva entre fogones. Sus platos fueron, según los jueces, los peores del reto (que obligaba a los concursantes a cocinar con sobras), convirtiéndose así en la tercera expulsada del esta edición del talent. Un momento triste, que contrastaba con la alegría con la que había comenzado el programa…

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Y es que en la primera prueba los aspirantes contaron con una visita muy especial: la de Jorge Brazález, ganador del MasterChef 5. El atractivo granadino acudió para animar a los aspirantes en un divertido reto: bajo la clásica ‘Caja misteriosa’ se escondía el último libro publicado por el programa, ‘Manual del aspirante a chef’. Cada concursante debía escoger una página al azar y reproducir con la mayor fidelidad posible la receta que apareciera en ella… con una dificultad añadida. Solo tenían 3 minutos para memorizarla.

Durante el cocinado Brazález compartió algún consejo con los aspirantes, mostró una de sus creaciones culinarias, e incluso tuvo tiempo para contar lo enamorado que está de Miri (¿quién no recuerda su historia de amor durante la edición del año pasado del concurso?)… De hecho, confesó “estar enamorado como nunca antes”.

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Pero volviendo a los fogones, no todos los concursantes tuvieron la misma pericia para reproducir las recetas del libro. Así, por ejemplo, Toni y Ramón no tuvieron su mejor noche a la hora de preparar una sencilla crema de melón, mientras que Oxana conquistó al jurado con sus habas con alcachofas y torreznos (a los que ella se empeñó en rebautizar, de forma divertida, como ‘Torrentes’; ojalá todos habláramos ruso como ella español…); al igual que Víctor, quien preparó un Boeuf Bourguignon que los jueces definieron con adjetivos como “impecable” o "delicioso".

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De este modo, serían Oxana y Víctor los capitanes en la prueba de exteriores. En esta ocasión el equipo del programa viajó hasta Sevilla para ‘tomar’ el escenario de Totem, el último espectáculo de El Circo del Sol. La misión consistía en preparar un menú para 70 artistas y trabajadores de esta prestigiosa compañía circense. ¿Las recetas? Menestra de verduras; pasta de quinoa al pesto; carrilleras de cerdo ibérico; corvina en salsa verde; fresas estofadas con crumble, y mousse de mango y queso.

Cada equipo, rojo y azul, elaboraría tres de ellas, así que había que definir las dos formaciones. Fue precisamente esto lo que dio lugar a uno de los momentos más tensos de la noche. Al haber sido el mejor de la primera prueba, Víctor tenía la ventaja de empezar a elegir a los miembros de su grupo. Pero esa ventaja estaba 'envenenada': al primer concursante que eligiera para trabajar con él, se le enviaría directamente a la prueba final de eliminación. No lo dudó mucho el ingeniero, quien decidió que esa persona sería Ketty. “Es una rival fuerte”, esgrimió. Algo que ésta no supo encajar nada bien, amenazando incluso con sabotear el trabajo del grupo. Tras unos momentos de reflexión, la dietista cubana reculaba, y pedía perdón, asegurando que haría todo lo que estuviera en su mano para que el equipo ganara.

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Y, aunque realmente puso empeño, finalmente las cosas no fueron bien para Víctor y su equipo, el azul, (formado, además de Ketty, por Daniel, Marina, Jorge, Marta y Eva). No empezaron mal, pero su trabajo fue decayendo durante al cocinado, justo lo contrario que le ocurrió al equipo rojo (Oxana, Jon, Sofía, Toni, Ramón y Fabio). Sus platos, en especial las carrilleras, gustaron muchísimo a los comensales, y su manera de trabajar y organizarse, fue elogiada por Samanta, Pepe y Jordi.

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Así las cosas, estaba claro que serían los miembros del equipo azul los perdedores y, en consecuencia, los que deberían enfrentarse a la última prueba, la de eliminación. ¿O quizá no todos ellos?...

Ya de vuelta en plató, nuevo ‘giro de guión’: durante la prueba de exteriores, el cambio de actitud de Ketty no había pasado desapercibido para los jueces… Aunque en un primer momento ésta no se había tomado nada bien que Víctor le colgara el delantal negro, luego supo rectificar y entregarse al 100% entre fogones, gesto que el jurado premió con una ventaja para ella: podría salvar de la eliminación a dos de los siete compañeros que se jugaban el todo por el todo en esa última prueba. Así, la cubana decidió que esas personas serían Marina (uno de sus grandes apoyos) y ella misma. Al fin y al cabo, esto no deja de ser un concurso…

“Casi 8 millones de toneladas de alimentos acaban al año en la basura”, anunciaban los jueces para introducir el último reto de la noche. "Vais a experimentar la cocina de aprovechamiento y para ello deberéis cocinar dos platos con toda la comida y alimentos que habéis desperdiciado en las dos pruebas anteriores".

Quienes se jugaban la permanencia en el programa (Víctor, Daniel, Marta, Eva y Jorge) ponían cara de susto, mientras el propio Pepe Rodríguez se calzaba la chaquetilla para cocinar junto a ellos y demostrar que con sobras se pueden elaborar grandes platos de estrella Michelin.

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Pero claro, por algo Pepe es Pepe y los concursantes... cocineros amateurs. De hecho, ninguno de ellos (excepto Víctor, quien salió airoso del ‘trance’), comprendió bien la prueba: se trataba de utilizar elaboraciones sobrantes para crear otros platos nuevos, no de utilizar ingredientes ‘intactos’ que no se habían usado en las recetas previas.

Si a esto le sumas el estado de estado de bloqueo que experimentó Eva durante la prueba, no fue extraño que el programa terminara como lo hizo... No es que sus compañeros ejecutaran bien el reto, pero de todas las recetas presentadas, las de esta comercial afincada en Barcelona, fueron las peor valoradas. “Ninguno de los dos platos tiene sentido, son platos fallidos, bastante malos”, le reprendía Pepe, augurio de lo que vendría segundos después. “El concursante que debe abandonar las cocinas de MasterChef es… Eva”.

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Una decisión que provocó gran tristeza entre sus compañeros pero que ella supo tomar con mucha deportividad: “Me ha salido peor que a los demás, no pasa nada, me han traicionado los nervios”, aseguraba. Y añadía: “Me da mucha pena no haber podido demostrar lo que sé de cocina. A ver si hay una repesca y lo puedo demostrar”. Un deseo que, quizá, no resulte tan inalcanzable, teniendo en cuenta que la repesca es ya todo un clásico del programa.

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