Este puente, ¡nos vamos de vinos!

Una buena copa de vino, un entorno agradable, ricas propuestas 'gastro' con las que acompañar los caldos… Si te seduce el plan, no pierdas de vista las direcciones que hoy reúne nuestra agenda con más sabor

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Son muchos los estudios que ponen de manifiesto los beneficios que el consumo de vino, leve o moderado, aporta al organismo: desde su poder antioxidante (gracias al resveratrol presente en las uvas), hasta sus propiedades en el terreno de las funciones cognitivas, de la circulación sanguínea, etc.

Bajo esta premisa y con muchas ganas de pasárnoslo bien este puente, hemos salido a buscar algunos de los mejores locales del país donde disfrutar de una buena copa de vino. Lugares con una sensibilidad especial a la hora de elegir, y servir, algunos de los mejores caldos del mundo.

Nuestra primera parada es Monvínic, calificado por el prestigioso The Wall Street Journal como ‘uno de los mejores bares de vinos del mundo’, y por supuesto el lugar ideal en Barcelona para los amantes de los buenos caldos. Además, Monvínic organiza periódicamente actividades dedicadas a la cultura del vino, como catas, conferencias o encuentros internacionales, una inquietud por la enología que lo ha situado como todo un referente del mundo del vino en la capital catalana.

Más que un simple bar, este centro divulgador de la cultura del vino aloja un moderno espacio culinario donde solo se trabaja con productores y recolectores locales que cuidan y respetan el entorno natural. Así, desde el más profundo respeto por la tierra, bajo la dirección gastronómica de Guillem Oliva y del chef Héctor Barbero, este restaurante presenta una carta basada 100% en producto donde bordan platos como el ‘embutido de calamar’, el ‘royal de brandada de bacalao’, las ‘albóndigas de sepia’ o la exitosa ‘papada de cerdo melosa y crujiente’, en memoria del fallecido cocinero Santi Santamaría.

‘Natural, libre y brutal’ son tres palabras que definen muy bien tanto los vinos como el ambiente que podemos encontrar en Can Cisa y el Bar Brutal, también en la Ciudad Condal. Dos espacios en uno, con entradas diferentes, donde se rinde un más que sincero homenaje al vino. Can Cisa es una de esas antigua bodegas de barrio de las de toda la vida donde su fiel clientela podía comprar el vino a granel. También puede seguir haciéndolo ahora, aunque su principal atractivo son los llamados vinos naturales, una de las inquietudes particulares del bodeguero Joan Valencia.

El complemento a la tienda es el conocido como Bar Brutal (para acceder a él tan solo hay que doblar la esquina). En el local más cool que parece existir ahora en Barcelona todo rezuma mucho estilo, desde su gran barra de madera y las coquetas mesas que salpican los espacios del bar hasta las estanterías repletas de botellas de (buen) vino. Más de 300 referencias de vinos naturales a las que los gemelos Colombo, Max y Stefano, famosos dueños del restaurante 'Xemei' (uno de los mejores restaurantes italianos de la ciudad), aportan el complemento gastronómico necesario para maridar con la 'estrella' del bar: el vino. Producto fresco y cocina sin artificios en platos como su deliciosa ‘Terrina de foie a la veneciana’ o su ‘burrata artesana con salmón ahumado, hueva de trucha y salsa de eneldo’.

Viajamos ahora directamente hasta Logroño, tierra vinícola por excelencia, para recalar en uno de los locales de moda de la ciudad, un joven y gamberro Wine Fandango que, capitaneado por el chef Aitor Esnal, ofrece una cocina de mercado elaborada con productos frescos de temporada elegidos cada mañana de forma personalizada. Un fresco y sincero homenaje al vino que en Wine Fandango se marida con platos como sus ‘caparrones al modo tradicional con guarnición de piparras’ o las ‘verduras de la huerta salteadas con huevo a 65º y lascas de jamón’. Cocina riojana con un punto en un moderno local que destaca entre la oferta gastronómica y enológica de Logroño.

Y en Madrid, nuestra siguiente parada es la espectacular tienda de vinos Lavinia y su restaurante dirigido por Fernando del Cerro (Casa José, una estrella Michelin, en Aranjuez). Lavinia es ya mucho más que una tienda, es toda una institución y en su restaurante los vinos se sirven a precio de tienda y sin recargo por descorche. Para sacar el mejor partido a las posibilidades que alberga el espacio gastronómico de Lavinia –con un amplio comedor, barra y una zona de degustación con mesas altas y taburetes–, Del Cerro ha desarrollado un concepto de restauración versátil y contemporáneo, basado en una cocina de esencia naturalista, con sabores sutiles y presentaciones equilibradas en las que los productos de origen vegetal tienen un papel destacado. Un lugar ideal para disfrutar, por ejemplo, de un plato de ‘boletus con foie al Oporto’ acompañado por una copa de Château Fonbel de 2008 (que, por suerte, tenemos la oportunidad de degustar por copas).

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La extensa carta de vinos de Vinoteca Moratín, con numerosas denominaciones nacionales e internacionales, junto a platos como su ‘mi-cuit de rape’ o sus ‘canelones rellenos de carrillada de ternera’, le han llevado a alcanzar la buena fama de la que goza este coqueto bistró del centro de Madrid. Gran cocina de producto y una carta vinos con infinidad de referencias (el sueño de todo amante de la vid) hacen que conseguir mesa en este establecimiento no sea una 'misión sencilla'. Eso sí, la espera ¡merecerá la pena!

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