El salmorejo es uno de los platos protagonistas del verano. Una crema fresca, nutritiva y muy sabrosa con la que puedes comenzar el almuerzo o también, como pequeño aperitivo para el mediodía. En esta ocasión, la introducción del mango le aporta un toque de sabor diferenciador. Y como guarnición, también algo distinto: unas gambas confitadas.
- 700 g de Tomates
- 300 g de Mango pelado y sin hueso
- 1 diente de Ajo
- 200 g de Pan
- 1 cucharadita de Sal
- 80 g de Aceite de oliva virgen extra
- 12 ud de Gambas
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1.
En primer lugar, lava bien los tomates, pélalos y trocea.
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2.
Echa en la batidora los tomates y el mango también troceado.
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3.
Pela el diente de ajo (puedes retirar también el germen de su interior) y añádelo al vaso de la batidora.
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4.
Trocea el pan y añádelo a la batidora junto con la sal y al aceite de oliva virgen extra.
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5.
Los ingredientes se pueden añadir todos a la vez o bien incluir primero la mitad, luego triturar y después, ir añadiendo a hilo el resto del aceite para que el salmorejo emulsione mejor.
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6.
Cuando obtengas una textura de crema, pasa el salmorejo a un recipiente con tapa y deja que repose en el frigorífico para servirlo bien fría.
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7.
Pela las gambas y pon a 65ºC el aceite en una sartén para confitarlas durante 5 minutos (tienen que estar cubiertas).
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8.
Sirve el salmorejo y reparte por encima las gambas y, opcionalmente, unos daditos de mango en el centro y un chorrito de aceite.
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