Todos los grandes chefs lo dicen: por muy buen aspecto o muy ‘estético’ que resulte un plato, el sabor del mismo siempre será lo más importante. Y, por supuesto, no seremos nosotros quienes discutamos esta máxima culinaria. No obstante, no es menos cierto que la comida entra por los ojos, y que una buena presentación ayuda a que nuestras papilas gustativas se pongan ya en funcionamiento antes incluso de probar bocado. Por este motivo resulta importante cuidar la ‘fachada’ de nuestras recetas y para ello hoy en día contamos con numerosos recursos. Entre ellos, uno de los más sencillos, y al mismo tiempo más resultones, son los vasitos y cuencos individuales que funcionan a las mil maravillas a la hora de presentar recetas tanto dulces como saladas. He aquí algunos ejemplos: (pulsa sobre las imágenes para acceder al modo de elaboración)
'Risotto' de espárragos
‘Chupitos’ de pisto con migas de queso y almendras
Vasitos de endibias con jamón y queso parmesano
Peras en almíbar a la pimienta
Capuchino salado de apionabo
Dúo de 'mousses' de chocolate