Desde el Sultán de Brunei a la Familia Real española, no hay quien se resista a los helados de Andrés Sirvent. Su larga tradición familiar se remonta a 1714, cuando Jerónimo Sirvent ejercía de ‘nievero’. Casi tres siglos después, Andrés ya ha pasado a la historia del helado por ser el primer español en ganar el premio Gelato in Tavola, en Rímini, nada menos que frente al equipo italiano.
Con más de cien variedades, su heladería de Calahorra (La Rioja) recibe encargos de todos los rincones del planeta. Así, por ejemplo, Sirvent participó en el menú nupcial de la boda de la infanta Cristina y nos desvela que el helado preferido de la Reina doña Sofía es el de hinojo; que al Rey le gusta el de mandarina, mientras que el de yogur es uno de los preferidos del príncipe Felipe.
Pero, ¿qué tienen de especial sus helados para gustar tanto? ‘Que son naturales y están hechos con productos de primera. No están demasiado fríos y la textura es cremosa. Por último, tiro lo que sobra y lo hago nuevo cada día’, asegura Sirvent, autor de las creaciones más apetecibles y sugerentes; no sólo dulces (helado de manzana asada, de pétalos de rosa, de flor de violeta, de higos chumbos, de mojito...), sino también saladas, como helado de rabo de quiso de toro (su creación más sorprendente), o este helado de pimientos del piquillo que nos enseña a preparar hoy, y que resulta ideal como guarnición para platos salados (marida, por ejemplo, muy bien con carnes como el cordero o el cochinillo).
¿Has probado alguna vez un helado salado? Participa en nuestro Foro de Cocina.