La calabaza es uno de los alimentos más típicos del otoño e invierno, con un sabor dulce y una textura, una vez cocinada, muy suave. Por eso, le aporta tanto a cualquier pastel o bizcocho. Su combinación con los frutos secos es, además, mágica.
- 250 g de Calabaza sin corteza ni pepitas
- 150 g de Azúcar blanca
- 1 sobres de Levadura en polvo
- 170 g de Harina
- 70 g de Aceite de girasol
- 3 ud de Huevos
- 1 ud de Ralladura de limón
- 1 ud de Ralladura de naranja
- 1 pizca de Sal
- Nueces
- Almendra entera
- Avellanas
- Canela molida
INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Calorías
92cal
Hidratos
22.9g
Grasas
16g
Proteinas
9g
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1.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
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2.
En un bol grande, colocamos la calabaza en trozos y trituramos muy bien con la batidora. Añadimos el azúcar y mezclamos de nuevo. Si lo prefieres, podemos rallar la calabaza y unirlo al azúcar directamente.
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3.
Añadimos los tres huevos, el aceite de girasol y batimos un poco más para que la mezcla nos quede homogénea.
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4.
En otro bol, tamizamos con un colador la harina y la levadura. A continuación, lo agregamos a la mezcla anterior, removiendo muy bien hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados.
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5.
En un bol más pequeño, o incluso en un plato, enharinamos los frutos secos. Los podemos añadir a la mezcla enteros o picados con un cuchillo. Lo hacemos suavemente, con la ayuda de una cuchara de madera.
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6.
Por último, incorporamos la canela, las ralladuras de limón y naranja, moviendo con la misma cuchara de madera de una forma suave y envolvente.
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7.
Untamos un molde desmontable con un poco de mantequilla, espolvoreamos también harina para que no se nos pegue y echamos la mezcla.
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8.
Horneamos durante 30 minutos.
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9.
Antes de sacarlo, comprobamos que está bien hecho pinchando con un palillo. Si aún está húmedo, déjalo cinco minutos más.
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