Un bizcocho es siempre un postre delicioso y, además, una forma de conseguir una repostería más saludable para desayunar o merendar. Nada denso, con una textura esponjosa, este bizcocho utiliza el queso y el chocolate blanco como aliados de excepción para un dulce muy suave al paladar y aroma a limón.
- 4 ud de Huevos
- 400 g de Harina
- 100 g de Chocolate blanco
- 250 g de Azúcar blanca
- 150 g de Queso cremoso para untar
- 1 ud de Yogur natural
- 1 vasos de Aceite de girasol de yogur
- 1 sobres de Levadura en polvo
- 0.5 cc de Bicarbonato
-
1.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
-
2.
Fundimos el chocolate blanco en el microondas o al baño María y reservamos.
-
3.
Batimos los huevos con el azúcar hasta que quede una mezcla de textura espumosa. En este momento, añadimos le yogur natural, el aceite de girasol, el queso y el chocolate blanco fundido. Batimos para que todos los ingredientes queden bien integrados.
-
4.
Tamizamos la harina con la levadura, le ponemos la media cucharadita de bicarbonato y lo añadimos a la mezcla anterior, de nuevo batiendo bien, para que se integre.
-
5.
Vertimos la masa en un molde, engrasado con mantequilla y espolvoreado con un poco de harina.
-
6.
Metemos el molde en el horno y dejamos que se haga durante unos 50 minutos, aunque el tiempo de cocción dependerá de la temperatura y el tipo de horno, con lo que es mejor ir vigilando poco a poco.
-
7.
Cuando le bizcocho esté listo, desmoldamos y dejamos que se enfríe encima de una rejilla.
-
8.
Si te ha sobrado un poco de queso crema, siempre puedes partirlo por la mitad y aprovecharlo para crear un suave relleno en su interior o decorarlo en su superficie. Al igual que con la cáscara de limón, podemos reservar un poco al principio para cortarla en virutas y colocarlas en este momento en su parte superior.
Más recetas de
HUEVOS:
Últimas recetas: