Angelina Jolie y Brad Pitt, una historia de amor contra viento y marea

Por hola.com

Nada hacía presagiar que el rodaje de Sr. and Sra. Smith fuera a cambiarles la vida de una manera tan drástica, pero así fue. Esa película se convirtió en el comienzo de una historia de amor que venció todos los obstáculos que encontró en el camino y que diez años después, culminó en una boda digna de un cuento de hadas, convirtiendo a sus protagonistas, Brad Pitt y Angelina Jolie, no sólo en la pareja más atractiva de Hollywood, sino en la más influyente y solidaria.

En 2004, el actor, uno de los más admirados dentro y fuera de las pantallas, vivía felizmente casado con Jennifer Aniston, a quien dio el “sí, quiero” en 2000, formando así uno de los matrimonios más firmes y admirados del panorama cinematográfico.

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Por aquel entonces, Angelina había conseguido superar un conflictivo pasado. Su primera boda fue en 1995 con el actor Johnny Lee Miller, con quien compartió cartel en la película Hackers: Piratas informáticos. El amor les duró tan solo un año, aunque su divorcio no se formalizó hasta 1999. A Billy Bob Thornton también le conoció en un set de rodaje, en este caso del filme Fuera de control. Se trató de una relación muy tormentosa y llena de excentricidades, como que cada uno se tatuara el nombre del otro en grandes letras y llevaran un frasco con sangre del otro colgado del cuello, pero su historia finalizó en 2003.

Aunque Brad y Jennifer continuaron casados e incluso realizaron varias apariciones en público juntos, - con las que parecía que pretendían alejar el fantasma de la separación -, lo cierto es que, como los propios Brad y Angelina confesaron tiempo después, se habían enamorado y nada pudieron hacer para evitarlo.

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Las primeras fotos de la pareja no vieron la luz hasta abril del 2005, tres meses después de que anunciara su separación de Aniston. En ellas se podía ver a la pareja de actores en la playa de Diani, al sur de Mombassa, en Kenia, junto al pequeño Maddox, el hijo al que adoptó Angelina en 2002. Unas imágenes que mostraban a la pareja en una actitud de lo más cariñosa y que evidenciaban lo que hasta ese momento tan solo era un secreto a voces.

Tras viajar juntos todo ese verano, en el que Brad incluso acompañó a Angelina a Etiopía para adoptar a Zahara Marley, la confirmación oficial por parte de la pareja no llegó hasta diciembre de ese año, cuando el actor anunció que iba a ser el padre adoptivo de los dos hijos que ya tenía Angelina, Maddox y Zahara. Esa era la prueba más evidente de que entre ellos se estaba gestando algo más que una relación.

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Porque ellos no se han conformado con vivir una maravillosa historia de amor, sino que han luchado para formar juntos una gran familia. El 27 de mayo de 2006 nació su primera hija biológica, Shiloh Nouvel, ("paz" en hebreo y "nuevo" en francés). La pequeña nació en Namibia, como símbolo del afecto de su madre por el continente africano, por lo que la pareja se instaló en el país semanas antes de la cesárea que tenían previamente programada. El actor, que asistió al parto e incluso cortó el cordón umbilical de la pequeña, aprovechó el momento para anunciar la donación de una gran suma de dinero a dos hospitales públicos con el fin de mejorar sus salas de maternidad y también a una escuela y un centro comunitario que visitaron días antes del nacimiento de su hija.

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Un año más tarde, en 2007, Brad y Angelina volvieron a adoptar. En este caso se trató de un niño de tres años de edad, de nacionalidad vietnamita, al que llamaron Pax Thien ("paz" en latín y "cielo" en vietnamita). El niño se encontraba viviendo en un orfanato de Ho Chi Minh (la antigua Saigón) y como la pareja no estaba casada y Vietnam no permite la adopción por parte de parejas que no hayan contraído matrimonio, Angelina tuvo que adoptar en solitario y después solicitó a la Corte Superior del condado de Los Ángeles cambiar el nombre del niño a Pax Thien Jolie-Pitt como el resto de los niños de la pareja.

Pero su gran familia no terminaría ahí. El 12 de julio de 2008 dieron la bienvenida a dos hijos biológicos, los mellizos Knox León y Vivienne Marcheline, en la localidad francesa de Niza.Todos juntos forman una familia multicultural, alejada de los convencionalismos, en la que se mezclan razas y culturas y en la que el respeto es fundamental.

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Pero toda gran historia de amor incluye también algún atisbo de tragedia, que en el caso de los “Brangelina”, como se les ha venido llamando en los últimos años por parte de los medios de comunicación, les ha servido para reforzar su estable unión.

En 2013, Angelina decidió tomar una drástica decisión. Tras la muerte en 2007 de su madre, la actriz Marcheline Bertrand, a los 56 años, víctima de un cáncer de ovario, y la confirmación de que su tía padecía cáncer de pecho, Angelina quiso someterse a unas pruebas médicas que le permitirían conocer si era portadora de un gen (BRCA1) que aumenta el riesgo de padecer esta terrible enfermedad. Una vez confirmado que la actriz poseía un 87 por ciento de posibilidades de contraer cáncer de mama y un 50 por ciento para el de ovario, Angelina decidió someterse a una doble mastectomía preventiva y, lo que es casi aún más valeroso al tratarse de un personaje popular, no quiso guardarse el secreto.

Unos meses después de la operación y posterior reconstrucción del pecho, compartió su decisión con el resto de la humanidad para ayudar a la prevención y desmitificar una enfermedad sobre la que aún pesan grandes tabúes. “Empecé por los pechos, ya que el riesgo de cáncer de mama es mayor que el riesgo de cáncer de ovario, y la operación es más compleja”, explicó la actriz señalando que, tras la operación, “el riesgo de padecer cáncer de mama se ha reducido a tan solo un cinco por ciento”.

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Fue muy aplaudida por ello y en todo momento contó con el apoyo de Brad que, tras el comunicado de su mujer confesó: "Considero la elección de Angie, así como la de muchas otras como ella, totalmente heroica y todo lo que quiero es que tenga una vida larga y sana, conmigo y con nuestros niños". Por su parte, la actriz también le dedicó en ese momento a su marido unas cariñosas palabras: “Su apoyo fue esencial y a pesar de todo nos las hemos arreglado para encontrar tiempo para reír juntos”. Lamentablemente, tan sólo un par de semanas después de hacer pública su operación, su tía, Debbie Martin, la hermana menor de su madre, fallecía víctima del cáncer de pecho a los 61 años.

Un año después, el 13 de agosto de 2014, con Angelina plenamente recuperada, y diez años después de iniciarse su relación, la pareja quiso sellar esa unión contrayendo matrimonio, rodeados de sus seis hijos. Aunque hace tan sólo unos días que la actriz confesó que para que la unión tuviera validez, tuvieron que casarse semanas antes en California, - por ser americanos -, el lugar elegido como escenario de esa boda de cuento fue el Chateau Miraval, el castillo francés que la pareja adquirió en la Provenza francesa, en que residen la mayor parte del año.

En la ceremonia, a la que apenas asistieron veinte personas de su círculo más íntimo, participaron todos sus hijos dando ideas, redactando los votos e incluso ayudando en el diseño del vestido de novia. Tanta fue la ilusión de los pequeños, que Angelina les permitió decorar su velo con sus propios dibujos, un detalle entrañable que a buen seguro perdurará en la memoria de los niños durante toda su vida.

Ahora, seis meses después de la boda y cuando la actriz ha confesado que “estar casados es una sensación diferente” y que adora llamar “mi marido” a Brad, la pareja espera el estreno de su segunda película juntos, By the Sea, con Angelina como directora. El filme, que rodaron en Malta inmediatamente después de su boda, está ambientado en la Francia en los años 70, y cuenta la historia de una ex bailarina de vacaciones en Francia con su marido, junto al que atraviesa una grave crisis matrimonial. Justo lo contrario a lo que la pareja está viviendo en estos momentos: "Es maravilloso trabajar con Brad. Es bonito para nosotros actuar juntos, trabajar duro y esforzarnos".

Si criar a una familia de seis niños y seguir triunfando en sus respectivas carreras no fuera suficiente, el matrimonio Pitt-Jolie no ha descuidado ni un solo momento una de sus facetas más valoradas por todos sus seguidores: la filantrópica y humanitaria. No en vano, la pareja está considerada como la más solidaria y comprometida del mundo del espectáculo, gracias a sus donaciones a organizaciones benéficas.

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Grandes porcentajes de sus respectivos cachés cinematográficos han ido a parar a lugares como Afganistán, Irak, Jordania o Nueva Orleans donde fundaciones y organizaciones como Médicos Sin Fronteras, la Alianza Global para el Sida, diferentes programas desarrollados por Cruz Roja, orfanatos o centros de investigación médica han sido testigos de la buena fe de la pareja.

De hecho, las cantidades recibidas por las exclusivas de las fotos de los nacimientos de sus hijos o incluso de su reciente boda han ido destinadas íntegramente a innumerables obras benéficas con las que colaboran a través de, entre otras, su Fundación Jolie-Pitt.Y esta solidaridad viene de lejos. La preocupación de la actriz por los niños más desfavorecidos surgió interpretando a Lara Croft durante el rodaje de Tom Raider en Camboya. Poco después, y gracias a uno de los múltiples viajes en los que se embarcó para ayudar, - algo que la ha llevado a ser nombrada Embajadora de Buena Voluntad del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados -, adoptó a su primer hijo, Maddox. Desde entonces, y durante los últimos 14 años, - desde que empezó su labor como embajadora de ACNUR -, se ha implicado en más de 50 misiones que van desde el conflicto en la antigua Yugoslavia, pasando por la hambruna a la que se está enfrentando Sudán del Sur o la epidemia de ébola en África occidental.

Pero su marido no se queda atrás, ya que, aunque muchos crean que la labor solidaria de Brad comenzó tras su relación con Angelina, lo cierto es que su preocupación por los más desfavorecidos está inspirada previamente por el cantante Bono. El propio actor fue el encargado de buscar al líder de U2 tras realizar un viaje a Marruecos y experimentar personalmente el sufrimiento de ciertas partes del continente africano. De hecho, según él mismo ha confesado, fue el amor de ambos por la labor humanitaria lo que le acercó a Angelina, tras conocerla en el rodaje que cambió sus vidas.

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Poco después, su preocupación por causas como el medio ambiente, el cambio climático o la destrucción provocada por los desastres naturales en los lugares más desfavorecidos del planeta, unida a su gran interés por la arquitectura, provocó que Brad creara otras fundaciones como Make It Right, una organización sin ánimo de lucro comprometida con la financiación y construcción de 150 nuevas viviendas sostenibles en Nueva Orleans, tras el huracán Katrina.

Ese es el legado que la pareja quiere dejar a sus hijos, a los que intentan inculcar el amor por el prójimo y el respeto al resto de las culturas, a través de una educación en casa que les permite, entre otras cosas, que los pequeños les acompañen tanto a los rodajes como a los lugares más azotados por los desastres y la miseria, -siempre que no haya un peligro excesivo para ellos -, y que así puedan comprobar con sus propios ojos las otras realidades que viven los que no son tan afortunados como ellos y que tengan una experiencia vital, que de otra manera les sería imposible acumular.

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Porque Brad y Angelina no sólo han evolucionado juntos como pareja formando una familia alejada de todo tipo de convencionalismos y compartiendo su amor por las causas solidarias, sino que, además, lo han conseguido respetando sus propias parcelas individuales, respetando la necesidad del otro de crecer profesionalmente, buscando otro tipo de papeles para interpretar u otras facetas donde encauzar su creatividad, y apoyándose mutuamente en todas sus batallas y eso es precisamente lo que hace que juntos sean invencibles.