El suyo ha sido, sin duda, uno de los enlaces del año en Hollywood. Jessica Biel y Justin Timberlake se dieron el ‘sí, quiero’ bajo las estrellas y a la luz de las velas en una boda de ensueño que tuvo lugar en el pintoresco pueblo italiano Savelletri di Fasano. “Es muy difícil expresar con palabras lo que sentimos. Estábamos muy emocionados. Fue una noche muy especial y los dos lloramos”, aseguraron como se recoge en el reportaje que publicó en exclusiva el pasado miércoles la revista ¡HOLA!.
Ahora, con los nervios y emociones más calmados, los recién casados han puesto rumbo al destino que han elegido para disfrutar del que será uno de los viajes más inolvidables de sus vidas: su luna de miel. Tan sólo días después de su boda, los actores, con ropa cómoda e informal y sombreros, quizá para pasar desapercibidos, aterrizaron con su jet privado en el Aeropuerto Internacional del Kilimanjaro, en Tanzania (África), y se hospedaron en el lujoso hotel Sasakwa, donde cada cabaña cuenta aire acondicionado y una infinita piscina climatizada cuyas vistas se pierden en el horizonte. Al igual que los demás huéspedes, Jessica y Justin podrán admirar la fauna y flora africanas en este exclusivo complejo que se encuentra situado en el Parque Nacional del Serengeti, y que es el hogar de leones, leopardos, elefantes, rinocerontes, cebras, aves rapaces y otras muchas otras especies.
Durante su estancia, la pareja ha aprovechado para disfrutar de un safari, un viaje en globo con el que han visto las extensas llanuras del Serengeti desde otro punto de vista y deportes de aventuras para los que han contado con la experiencia de guías profesionales. Después de disfrutar de unos días inolvidables sólo para dos, los actores volvieron a subirse a un avión privado con destino desconocido, sin duda, para continuar con su luna de miel en otro exótico destino.
Para Jessica, no es su primera vez en Tanzania. En el año 2010, la protagonista de El ilusionista escaló el monte Kilimanjaro y llegó a la cima junto a otro grupo de aventureros, entre los que se encontraba el también actor Emile Hirsch, para alertar sobre la escasez de agua en el mundo y recaudar dinero para África, uno de los países que más de cerca sufren la sequía.