Recibir un premio por toda una vida dedicada a tu profesión debe de ser uno de los mayores logros y uno de los momentos más emotivos que una persona amante de su trabajo puede vivir. Pero, ¿se imaginan que ese reconocimiento, además, lleva el nombre de su padre? Sin lugar a dudas, esa satisfacción debe de ser aún mayor.
Esto es precismente lo que acaba de sucederle a Michael Douglas, que ha recibido el premio Kirk Douglas por su contribución al mundo del cine y, para mayor honor, de manos de su propio padre, el veterano actor de 94 años que, a pesar de su avanzada edad, quiso estar presente en este homenaje a su hijo. La entrega del galardón tuvo lugar en Santa Barbara, durante el Festival Internacional de cine que estos días se celebra en la población estadounidense. Entre los asistentes que quisieron compartir este momento tan especial con el actor y productor, su inseparable mujer, Catherine Zeta-Jones que, aunque intentó no eclipsar a su marido en su día, no pudo evitar lucir radiante, como en cada una de sus apariciones públicas.
La pareja se mostró feliz y relajada tras superar uno de los años más duros de su vida a causa del cáncer que sufrió el actor a finales del año pasado, y del que ya se ha recuperado, y el ingreso de su mujer en una clínica de rehabilitación, por un trastorno bipolar, en el mes de abril.
Al igual que su mujer y su padre, compañeros y amigos del actor, como Danny Devito, Bo Derek y Annette Benning, también quisieron acompañarle y compartieron con él este reconocimiento a una impecable trayectoria profesional. El primero en recibir este galardón fue el propio Kirk Douglas, en 2006, y tras él, John Travolta, Ed Harris, Quentin Tarantino y Harrison Ford hasta que este año, finalmente, se ha quedado 'en casa'.
"La primera vez que vi actuar a Michael Douglas fue en una obra en la Universidad de Santa Barbara, por eso una carrera que comenzó aquí debería ser homenajeada aquí", contaba un emocionado Kirk Douglas al público que, atento, escuchaba a sus palabras. Pero su discurso no quedó ahí: "A decir verdad, quería que Michael fuera abogado. En secreto esperaba que fuera tan malo que tuviera que decirle que lo olvidara. Pero no lo era. Pero si estoy orgulloso de sus logros en la pantalla, todavía estoy más orgulloso del trabajo humanitario que ha hecho para Naciones Unidas y otras organizaciones. Me hace muy feliz darle este premio a mi actor/productor favorito, que casualmente es mi hijo mayor".
Tras estas palabras, Kirk recibía a Michael sobre el escenario con un beso en los labios que desataba las sonrisas y los aplausos del público y demuestra el amor y la fuerte unión que existe entre padre e hijo. A pesar de los múltiples galardones que ha recibido el actor, de 67 años, a lo largo de su vida, entre los que se encuentran dos Oscar -uno por su papel en Wall Street (1987) y el otro como productor en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)- y dos Globos de Oro, el de ayer fue, seguramente, uno de los más emotivos de sus cuatro décadas como profesional del mundo del cine.
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