Liam Neeson relata cómo fueron las angustiosas horas antes de que falleciera Natasha Richardson: 'Por primera vez nadie me reconoció en el hospital y no me dejaban verla'

Por hola.com

Dos años después de la trágica muerte de su esposa, Natasha Richardson, Liam Neeson ha hablado en una entrevista a la revista Esquire del inmenso dolor que todavía le invade y cómo logra combatirlo a base de trabajo. "Creo que algunos sobrevivimos huyendo. Huyendo a trabajar", admite el actor irlandés que asegura que fue la única distracción durante todo este tiempo, además, claro está, de sus hijos, Michael, de 15 años, y Daniel, de 14. "Esto es lo extraño del dolor. Tú no puedes prepararte para ello. Crees que vas a llorar y terminará. Uno hace esos planes, pero nunca funcionan."

Han pasado dos años desde el fallecimiento de Natasha Richardson a los 45 años en un accidente de esquí en Canadá, y aún así no ha logrado asimilarlo del todo: "Este dolor me golpea en mitad de la noche ", dice Neeson. "Cuando voy a caminar y me siento algo contento, de repente, boom, aparece en mis pensamientos como si saliera de mi interior".

Neeson, de 58 años, también relató cómo fueron las angustiosas horas después del accidente de Richardson. “Entré en urgencias, había como 70 o 80 personas con brazos rotos, ojos morados y lesiones de ese tipo. Por primera vez en años nadie me reconoció", recuerda."Ni las enfermeras, los pacientes, nadie. Llegué hasta allí y no me dejaban verla. Les dije 'sé que mi esposa está en alguna parte'".

"Saqué mi móvil, y un guardia de seguridad apareció y me dijo: 'Lo siento, señor, usted no puede usar el móvil aquí'. Cuando estaba a punto de preguntarle si me conocía, se fue a responder una llamada telefónica. Entonces salí, hacía frío y pensé: '¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a lograr pasar la seguridad?'"

"Entonces ví a dos enfermeras con un cigarrillo", continúa. "Subí, y por suerte una de ellas me reconoció. Estaba tan agradecido de que por primera vez en no sé cuánto tiempo fuera reconocido. Ella me dijo: ‘Ve por esa puerta de atrás. Gire a la izquierda. Ella está allí en una sala’. Así que llegué, justo a tiempo”. Desde ese momento la vida de Neeson cambió para siempre. "Todos esos médicos jóvenes, que parecían tener 18 años, me dijeron lo peor", dice Neeson, conteniendo el dolor. "Lo peor".